Hoy, primero de mayo, se cumple exactamente dos años de mi partida de Saint Jean Pied de Port hacia Santiago, por lo que para mí es un día pleno de significados, a los que quizás me refiera en algún otro post (pueden ver mis relatos del camino en este blog, haciendo click en la columna de la derecha en e link a "Camino de Santiago"). De todas maneras, no quería dejar de mencionarlo, porque fue algo verdaderamente transformador, desde el más profundo sentido de la palabra.
Van hoy otras fotos, nuevas. Vuelvo a mirarlas y a descubrir siempre algo nuevo: en las manchas de óxido, en la madera seca por el sol, en la mala calidad de la pintura que ridículamente quiere simular un lustre, en las tachas, las marcas de golpes. Creo que hay pocos elementos que me resulten tan atractivos para imaginar historias, para descubrir usos sociales, para poder realmente ENTRAR a mundos nuevos.
Vean, PASEN, bienvenidos...
Van hoy otras fotos, nuevas. Vuelvo a mirarlas y a descubrir siempre algo nuevo: en las manchas de óxido, en la madera seca por el sol, en la mala calidad de la pintura que ridículamente quiere simular un lustre, en las tachas, las marcas de golpes. Creo que hay pocos elementos que me resulten tan atractivos para imaginar historias, para descubrir usos sociales, para poder realmente ENTRAR a mundos nuevos.
Vean, PASEN, bienvenidos...
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