lunes, 16 de diciembre de 2019

¿Leemos a Nasarre en Enero?



Aprovechando que en enero tengo un poco más de tiempo libre, todos los años aprovecho a leer textos o tratados que me interesan y que durante el resto de los meses del año me es imposible abordar. Disfruto mucho de esas lecturas, pero a veces pienso que sería lindo compartir ideas y pareceres (e incluso dudas) con otros. Se me ocurrió entonces hacer durante enero de 2020 una LECTURA COLECTIVA de lo que quiero leer, que es el Libro 4to del primer volumen de la Escuela Música de Fray Pablo Nasarre (donde habla de las proporciones en la música). Ese libro tiene 156 páginas (habría que leer aproximadamente unas 40 páginas por semana)

La idea es esta:
- Todos los participantes tienen el texto (se los envío en PDF, o lo bajan de la web de la Biblioteca Nacional de España)
- Ponemos un objetivo de cantidad de páginas por semana y cada uno las lee cuando quiere o puede
- Estamos todos conectados por un grupo de WhatsApp en el que todos pueden hacer sus comentarios sobre la lectura, libremente.
- Importantísimo: No se trata de un espacio para clases, ni de un curso. Es una lectura colectiva (todos leemos juntos, y cada uno opina, si quiere, sobre lo que va encontrando en el texto)
- Esto es obvio, pero por las dudas lo aclaro: la actividad es gratuita y abierta a cualquiera.

¿Qué les parece? Cuéntenme en sus comentarios, y si quieren participar, escríbanme un correo a ramiroalbino@yahoo.com, o un mensaje vía WhatsApp al +5491157329575 y así voy agendándolos.

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Si alguno quiere algo sobre Nasarre, haga click aquí para ir a Wikipedia y encontrar los datos básicos

viernes, 3 de mayo de 2019

Mi charla TEDx

En diciembre del año pasado dí una charla TEDx en la ciudad de Mendoza, en la que hablé de cómo fue buena parte de mi camino para profesionalizarme en el campo de la Música Colonial Hispanoamericana (tema que, como posiblemente sepan, me interesa muchísimo). Fue una buena ocasión para rememorar cómo fueron mis primeras búsquedas de datos, cuando era adolescente y vivía en una ciudad chica del interior de mi país, donde ninguno de mis contactos podía guiarme ni asesorarme, cuando no había internet para acercarme a investigaciones de universidades de otros países (ni del mío propio), y cuando algunas personas a las que les pedí material me lo negaron (vaya a saber por qué). La búsqueda de ese conocimiento que era poco accesible, me llevó a caminos sinuosos e inesperados que culminaron con un hallazgo que superó la expectativa inicial, al que intento volver accesible por todos los medios, y al que pretendo conectar con caminos ajenos y diferentes que puedan llevar a los mismos resultados, o a otros, enriqueciendo así la experiencia del conocimiento.

La charla fue subida hoy a YouTube, y me da mucha alegría poder compartirla por aquí. Si la ven, después me cuentan qué les pareció!




lunes, 25 de febrero de 2019

And the winner is...



  
Anoche, en la entrega de los Oscar, Green Book ganó varios premios: Mejor Película, Mejor Actor de Reparto y Mejor Guion Original. De todo esto me enteré por Twitter: no miré la entrega, no me preocupaba demasiado saber qué películas ganarían premios.

Aún así, cuando me enteré que ganó GREEN BOOK, no pude dejar de pensar en mi libro verde, el de Música Colonial Hispanoamericana, que para mí es otro ganador de ganadores, porque me siento súper orgulloso de ese trabajo, porque ha recogido muchos elogios, y porque me ha permitido llegar a gente a la que jamás imaginé que llegaría.

Aprovecho entonces a hacer un nuevo “homenaje” a mi libro, y copio a continuación algunos fragmentos de la reseña que escribió sobre mi trabajo la periodista chilena Romina de la Sotta Donoso, para el diario El Mercurio, de Santiago.

El volumen funciona como una introducción a una etapa particularmente prolífica de nuestra historia que estuvo olvidada. Se centra en la práctica musical, evita los conceptos complejos y las abstracciones, y entrega un relato ameno que vincula el contexto histórico y la música que sonó en América por tres siglos.

El volumen es de bolsillo y parte con la gran paradoja de la conquista: ¿Cómo pudo fundarse un mundo musical de tanta belleza en un modelo social tan poco inclusivo como el de las colonias españolas en América?

Explora largamente la febril actividad musical de las misiones jesuíticas en Sudamérica y cómo estos religiosos estudian y se apropian de la cultura local, con foco en lo lingüístico. "Los jesuitas aprendieron las lenguas indígenas antes que los pueblos y adaptaron a los indígenas a la vida europea, los vistieron, los peinaron y los pusieron a estudiar violín y órgano. A eso se suma que los indígenas americanos tenían un gran gusto por la música", detalla. Cuando fueron expulsados en 1767, los indígenas y mestizos que habían formado se redistribuyen por la región y siguen haciendo música.

Albino aborda también cómo funcionaban las capillas musicales y cuán diferentes fueron, según la riqueza local. Mientras la capilla de la Catedral de México tenía 35 músicos en 1647, la de Santiago se formó recién en 1721 y solo tenía un cantor, bajón, arpa, órgano y cuatro niños de coro, más el maestro. Es decir, parecía del siglo XVII.

(Reseña de Romina de la Sotta Donoso, publicada en Diario El Mercurio (Santiago de Chile). Para verla completa, pueden hacer click aquí)

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El libro está en venta a través de Mercado Libre (sólo en Argentina). También se puede comprar la versión ebook, o una versión papel contactándome directamente por tel/whatsApp al +5491157329575 o por mail, haciendo click aquí


viernes, 11 de enero de 2019

el condicional, clave de la música antigua

Arnold Dolmetsch (al centro) junto a su familia y algunos de sus instrumentos

Quienes hacemos o escuchamos música antigua con asiduidad, estamos acostumbrados a leer que esa versión que disfrutamos o producimos es una reconstrucción de lo que podría haberse escuchado en tal año o lugar, que así se cantaría tal madrigal, que esa sería la manera de tocar tal instrumento. El uso de condicionales es parte de la esencia de la música antigua, porque todo el tiempo estamos haciendo hipótesis acerca de lo que pudo ser el mundo sonoro del pasado, sin estar seguros de que realmente haya sido así, y sin dejar de pensar en el nuestro.

La práctica de lo que hoy llamamos música antigua, con instrumentos y criterios de interpretación del pasado, comenzó hace no mucho más de cien años, y entre sus pioneros debemos citar a Arnold Dolmetsch, como pilar fundamental de esa reconstrucción estética, sonora, cognitiva y especulativa.

La fundación Juan March, de Madrid, está llevando a cabo un interesantísimo ciclo que pretende reconstruir algunos de los primeros conciertos de música antigua que se hicieron en diferentes puntos de Europa, y comenzaron hace pocos días con la "restauración" de un concierto llevado a cabo en casa de los Dolmetsch en 1896 (qué pena no estar allá para poder asistir a esos conciertos!!!) La idea de este ciclo me parece doblemente interesante: por un lado ofrece una alternativa didáctica (enseñándole al público cómo fue el trabajo de aquellos pioneros), y por otro plantea una idea originalísima a la hora de programar un ciclo de conciertos que está muy lejos de ser "más de lo mismo", aún cuando su repertorio sea "el de siempre" (bravo por ellos!).

El diario El País publicó ayer un artículo con la primera de las críticas sobre el ciclo, escrita por Luis Gago. Me tomé la atribución de hacer una selección de párrafos de esa nota, que copio a continuación. Los que quieran el artículo completo, pueden leerlo haciendo CLICK AQUÍ.

Los Pioneros Resucitan
(selección de párrafos de un artículo escrito por Luis Gago y publicado en El País)

El concepto de “música antigua” es una invención moderna, como lo es la idea de recrear la música de otros tiempos tal y como se habría interpretado (el condicional es la clave de todo) en el momento en que nació por parte de sus coetáneos. Vemos un cuadro renacentista o admiramos una catedral gótica sin intermediación, pero necesitamos de otras personas para ver representado un drama de Shakespeare o para que una fuga de Bach se transforme en sonidos. Muertos los mediadores de antaño, y quebrada o transformada progresivamente hasta resultar irreconocible la tradición original, estamos condenados a disfrutar de lo antiguo como los seres modernos que somos.

El origen de la early music, el título del ciclo, remite, por tanto, a aquellos pioneros que pusieron las primeras piedras de lo que es hoy un edificio sólido, variopinto y muy admirado, por más que sus detractores sigan alzando la voz de cuando en cuando, y pese a que algunos, no siempre advenedizos, hayan decidido traicionar los principios fundacionales en aras de la posmodernidad o en busca del aplauso fácil o barato.

Uno de aquellos visionarios fue Arnold Dolmetsch, un personaje pintoresco que coleccionó, restauró y reconstruyó instrumentos antiguos y que, junto con varios miembros de su familia, se aventuró a tocarlos en unos años (finales del siglo XIX) en que semejante empeño parecía, y así fue tomado por muchos, una quijotada.

Sonia Gonzalo explica muy bien en el programa de mano el contexto que propició aquellas veladas en el domicilio de los Dolmetsch en el barrio londinense de Bloomsbury, y es más que probable que, si pudiéramos escuchar la música que allí se hizo, quedáramos espantados ante la manera –para el gusto actual– extravagante con que hacían sonar aquellos nuevos viejos instrumentos.

El túnel del tiempo nos ha trasladado al 18 de febrero de 1896, a las cinco en punto de la tarde, el día en que los Dolmetsch ofrecieron una velada histórica cuyo programa se ha recuperado en la Fundación Juan March al pie de la letra.


Por fortuna, salir a tocar música de Henry Lawes, John Jenkins, Henry Purcell, Johann Kuhnau, Benedetto Marcello, George Frideric Handel, Johann Sebastian Bach y Jean-Philippe Rameau con un clave, dos violas da gamba, un laúd y un violín barroco hace tiempo que dejó de ser una rareza o una excentricidad. Hoy es moneda corriente y nadie se sorprende de ello, si bien la pura confección del programa, la sucesión de obras, sí pueda parecer cosa de otro tiempo y producir cierta sorpresa, aunque no menor de la que suscitaría la fiel imitación de un programa de concierto en tiempos de Mozart o Beethoven.

lunes, 7 de enero de 2019

me tomo 5 minutos....



Hoy subí a Spotify e iVoox el primer episodio de mi podcast sobre música, un proyecto que tenía en mente desde hace meses, pero que no terminaba de llevar a cabo.


Finalmente lo tomé entre las "resoluciones de año nuevo" y me propuse que el primer lunes de este 2019 el podcast estaría on line, y lo logré (ojalá sea así de efectivo con el resto de mis proyectos).

El invitado del primer episodio del podcast fue Rubén López Cano, un musicólogo al que admiro mucho, y que en muy pocos minutos dijo cosas sumamente interesantes y de una manera didáctica, sencilla y atractiva.


Los invito a escucharlo, haciendo CLICK AQUÍ

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