lunes, 30 de enero de 2012

Y las lágrimas siguen fluyendo....

Estoy preparando un nuevo concierto de flauta sola. Hace tiempo que tengo ganas de hacer un recital Van Eyck, repertorio obligado de todos los flautistas, que admiramos la certeza contrapuntística escondida en las audaces líneas que nos proponen las colecciones del Fluyten Lust-Hof.

Hoy pasé buena parte de la tarde desenmarañando las variaciones sobre la PAVANA LACRYMAE (Flow my tears), de John Dowland, algo así como la quintaesencia de la melancolía inglesa, y tras tanto trabajo de destreza e intelecto (¡aclaro que aún NO me sale! jajaja), quise buscar una versión en You Tube, para escuchar un poco, y para ver qué duración puede llegar a tener la pieza cuando me salga a una velocidad interesante.

Sinceramente no encontré aún una interpetación que realmente me guste, porque me parece que todas las que escuché (tampoco fueron tantas) parecen olvidar el contrapunto escondido. Sin embargo, apareció una que si bien es electrónica, marca sonora y visualmente la polifonía implicita en la línea. La posteo a continuación, y se las recomiendo (quizás tengan que hacer un poco de abstracción del timbre electrónico). También publico una versión de concierto, de un flautista italiano, para aquellos que quienes no conocían estas variaciones puedan también enamorarse de aquel holandés que le dio fama y prestigio a la humilde flauta de pastores y mendigos.


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