El viernes pasado entrevisté a Nelson Goerner, anticipando su concierto en el Colón, mañana. La nota salió publicada ayer en diario Perfil, pero no la consideraron interesante como para subirla a la web, así que la subo por mi lado, tal como la escribí, sin ediciones ajenas.
Mi conclusión es la de siempre, a la hora de dialogar con un verdadero artista: NO ALCANZA CON LA TÉCNICA, LOS "BUENOS" SIEMPRE TIENEN UN CON-CEP-TO QUE LOS SUSTENTA. En algún momento subiré más fragmentos de esta entrevista al blog, lo mismo que lo que me restó de la entrevista de Zanetti que publiqué la semana pasada, porque hubo cosas de las charlas que me gustaron y que no entraron en las notas del diario.
Por ahora, disfruten de esta nota, y los que estén en Buenos Aires intenten ir mañana al concierto.
Mi conclusión es la de siempre, a la hora de dialogar con un verdadero artista: NO ALCANZA CON LA TÉCNICA, LOS "BUENOS" SIEMPRE TIENEN UN CON-CEP-TO QUE LOS SUSTENTA. En algún momento subiré más fragmentos de esta entrevista al blog, lo mismo que lo que me restó de la entrevista de Zanetti que publiqué la semana pasada, porque hubo cosas de las charlas que me gustaron y que no entraron en las notas del diario.
Por ahora, disfruten de esta nota, y los que estén en Buenos Aires intenten ir mañana al concierto.
La autenticidad del discurso del piano
Nelson Goerner se presenta el martes para el Abono Bicentenario del Colón
Nelson Goerner se presenta el martes para el Abono Bicentenario del Colón
El Abono Bicentenario del Teatro Colón continúa el martes, con un recital del pianista Nelson Goerner en el que tocará la Sonata K 282 de Mozart, Kreisleriana de Schumann, y la Sonata en si menor de Liszt. A pocas horas de bajar del avión, Perfil dialogó con el artista.
Goerner ofrece regularmente recitales y conciertos en diversas partes del mundo. Siendo argentino, en nuestro país hay mucha gente que celebra especialmente sus visitas, aguardándolo cada año para ver con qué emociona o sorprende a su público. Para su próximo programa ha elegido repetir la sonata de Liszt, un hito del repertorio pianístico, que ya tocó acá hace doce años. Busca esta vez ofrecer una versión distinta, y explica con sencillez su idea sobre el proceso interno del repertorio : « Siempre se puede hacer más, pero para llegar a eso muchas veces tenés que dejar descanso a la música, dejar que madure en tu interior sin que te des cuenta, sin que seas el que controla el proceso. Eso se va haciendo naturalmente, sin control de la mente. Entonces se puede abordar la misma obra al cabo de un tiempo, para que uno note tantas cosas que no había visto antes. Y aunque nos se modifique la primera impresión, porque es muy fuerte y en general bastante indeleble, suele quedar.Creo que todo artista esá luchando siempre por encontrar un fraseo más adecuado a la expresión del autor, algo que te haga llegar un poco más cerca de lo que uno cree que han sido las verdaderas intenciones del compositor ».
Goerner ha tocado en los más importantes festivales de Europa, y se presenta frecuentemente junto a orquestas y directores de renombre. También desarrolla su carrera en la música de cámara, abordó versiones historicistas de compositores románticos en pianos originales, grabó para sellos internacionales y ganó premios por sus discos, por sus versiones y por su carrera. Aparentemente ya hizo « todo » lo que un instrumentista de renombre puede desear. ¿Hacia dónde van, entonces, sus búsquedas actuales ?
« Creo que uno de los males del hoy por hoy es que se cultiva mucho un cierto tipo de imagen del artista– nos dice -. Hay muchos condicionamientos debido a la gran publicidad, debido al marketing, a todo ese tipo de fenómenos mediáticos que en el mundo de hoy son muy evidentes, que juegan un rol importante. Y eso me parece que puede llegar a ser nocivo para un artista. Creo que nunca hay que disociar la carrera, hablando de carrera en el sentido carrera, de lo musical, de tu evolución. De lo que se trata es de llegar a ser un artista cada vez más grande. Que lo que tengas para decir sea cada vez más auténtico, que fluya con mayor naturalidad en tu interior. Ese es el verdadero crecimiento y eso es lo que va a llevar al mismo tiempo a grandes logros ».
Nelson Goerner se fue del país hace veinticuatro años, y se radicó en Ginebra, donde estudió con María Tipo y formó su familia (vive allá con su mujer y su hijo). Allá enseña en el Conservatorio a siete alumnos que tienen la fortuna de tenerlo de guía en sus carreras, de forma paralela viaja asiduamente a Manchester, donde da masterclasses de piano en el Royal North College.
El desarrollo de su carrera no está sólo en su indiscutida habilidad técnica, sino en el tezón de su búsqueda. En un terreno como el pianístico, donde todo parece estar hecho, tocado o grabado, Goerner sigue indagando. « La repetición de lo mismo llevaría únicamente al estancamiento en el arte. Lo que yo busco es aportar algo que me pertenezca, que me sea propio. Que si bien uno tiene parámetros de grandes pianistas a los que uno admira, se trata de todas esas influencias que uno ha recibido más las experiencias que ha logrado vivir, tengan vida propia. Creo que esa es la tarea de un intérprete, en cualquier generación ».
Goerner ofrece regularmente recitales y conciertos en diversas partes del mundo. Siendo argentino, en nuestro país hay mucha gente que celebra especialmente sus visitas, aguardándolo cada año para ver con qué emociona o sorprende a su público. Para su próximo programa ha elegido repetir la sonata de Liszt, un hito del repertorio pianístico, que ya tocó acá hace doce años. Busca esta vez ofrecer una versión distinta, y explica con sencillez su idea sobre el proceso interno del repertorio : « Siempre se puede hacer más, pero para llegar a eso muchas veces tenés que dejar descanso a la música, dejar que madure en tu interior sin que te des cuenta, sin que seas el que controla el proceso. Eso se va haciendo naturalmente, sin control de la mente. Entonces se puede abordar la misma obra al cabo de un tiempo, para que uno note tantas cosas que no había visto antes. Y aunque nos se modifique la primera impresión, porque es muy fuerte y en general bastante indeleble, suele quedar.Creo que todo artista esá luchando siempre por encontrar un fraseo más adecuado a la expresión del autor, algo que te haga llegar un poco más cerca de lo que uno cree que han sido las verdaderas intenciones del compositor ».
Goerner ha tocado en los más importantes festivales de Europa, y se presenta frecuentemente junto a orquestas y directores de renombre. También desarrolla su carrera en la música de cámara, abordó versiones historicistas de compositores románticos en pianos originales, grabó para sellos internacionales y ganó premios por sus discos, por sus versiones y por su carrera. Aparentemente ya hizo « todo » lo que un instrumentista de renombre puede desear. ¿Hacia dónde van, entonces, sus búsquedas actuales ?
« Creo que uno de los males del hoy por hoy es que se cultiva mucho un cierto tipo de imagen del artista– nos dice -. Hay muchos condicionamientos debido a la gran publicidad, debido al marketing, a todo ese tipo de fenómenos mediáticos que en el mundo de hoy son muy evidentes, que juegan un rol importante. Y eso me parece que puede llegar a ser nocivo para un artista. Creo que nunca hay que disociar la carrera, hablando de carrera en el sentido carrera, de lo musical, de tu evolución. De lo que se trata es de llegar a ser un artista cada vez más grande. Que lo que tengas para decir sea cada vez más auténtico, que fluya con mayor naturalidad en tu interior. Ese es el verdadero crecimiento y eso es lo que va a llevar al mismo tiempo a grandes logros ».
Nelson Goerner se fue del país hace veinticuatro años, y se radicó en Ginebra, donde estudió con María Tipo y formó su familia (vive allá con su mujer y su hijo). Allá enseña en el Conservatorio a siete alumnos que tienen la fortuna de tenerlo de guía en sus carreras, de forma paralela viaja asiduamente a Manchester, donde da masterclasses de piano en el Royal North College.
El desarrollo de su carrera no está sólo en su indiscutida habilidad técnica, sino en el tezón de su búsqueda. En un terreno como el pianístico, donde todo parece estar hecho, tocado o grabado, Goerner sigue indagando. « La repetición de lo mismo llevaría únicamente al estancamiento en el arte. Lo que yo busco es aportar algo que me pertenezca, que me sea propio. Que si bien uno tiene parámetros de grandes pianistas a los que uno admira, se trata de todas esas influencias que uno ha recibido más las experiencias que ha logrado vivir, tengan vida propia. Creo que esa es la tarea de un intérprete, en cualquier generación ».
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