sábado, 9 de abril de 2011

Ode on the death of Mr. Henry Purcell, una pieza para tener muy en cuenta!

Dentro de una semana participaré de un concierto en Buenos Aires, donde la obra más importante del programa es la Oda por la Muerte de Henry Purcell, de John Blow, compuesta para dos contratenores, flautas dulces y bajo continuo.

Estos días me he dedicado a estudiar la música, que se estrenó en la Argentina en un concierto que dirigí hace unos diez años, y he vuelto a maravillarme, no sólo con el contrapunto y los recursos compositivos de Blow, sino además con el texto de Dryden.

Los invito a escucharla, y en lo posible a seguir el texto, magistralmente pintado en música. El video presenta la edición facsimilar que aparece en pantalla a medida que avanza la música. Como la obra es muy larga, está subida a You tube en tres capítulos. Subo aquí sólo el primero, los que estén interesados pueden verla directamente en aquella página.

En estos días anunciaré debidamente el concierto, por este medio y por todos los otros que tengo para hacerlo, pero les voy avisando, al menos, día y hora: 16 de abril, a las 20, en el Museo Larreta, en Buenos Aires.

Disfruten de esta maravilla!






An Ode on the death of Mr. Henry Purcell
Text by John Dryden

Mark how the lark and linnet sing,
With rival notes
They strain their warbling throats,
To welcome in the spring.
But in the close of night,
When Philomel begins her heav’nly lay,
They cease their mutual spight,
Drink in her music with delight,
And list’ning and silent, and silent and list’ning,
and list’ning and silent obey.

So ceas’d the rival crew when Purcell came,
They sung no more, or only sung his fame.
Struck dumb they all admir’d the matchless man,
The matchless man,
Alas, too soon retir’d,
As he too late began.
We beg not hell, our Orpheus to restore,
Had he been there,
Their sovereigns fear
Had sent him back before.
The pow’r of harmony too well they know,
He long e’er this had tune their jarring spheres,
And left no hell below.

The heav’nly quire, who heard his notes from high,
Let down the scale of music from the Sky:
They handed him along,
And all the way he taught, and all the way they sung.
Ye brethren of the lyre, and tunefull voice,
Lament his lott: but at your own rejoice.
Now live secure and linger out your days,
The gods are pleas’d alone with Purcell’s layes,
Nor know to mend their choice.

Oda a la muerte de Henry Purcell
Texto de John Dryden

Ved cómo cantan la alondra y el jilguero
con notas rivales
ponen a prueba sus gorjeadoras gargantas
para recibir a la primavera.
Mas, en medio de la noche,
cuando Philomel comienza su canto celestial,
cesa el mutuo encono,
se empapan de su música con deleite,
y atentos y callados, y callados y
atentos, y atentos y callados acatan.

Así se detuvieron los bandos rivales cuando llegó Purcell
no cantaron más, o sólo cantaron su fama.
Enmudecidos, todos ellos admiraron al hombre sin par,
al hombre sin par,
ay, demasiado pronto ido,
y tan tardo en llegar.
No suplicamos al Averno que nos restituya a nuestro Orfeo:
de haber estado él allí,
el temor de su soberano ya lo hubiera devuelto.
Demasiado bien conocen el poder de la Armonía:
de permanecer allí les hubiera afinado sus discordantes círculos,
y no hubiera dejado nada infernal allí abajo.

El coro celestial, que desde lo alto oyó sus notas,
descolgó la escala musical desde el cielo:
Lo llevaron de la mano, y en todo el camino él enseñaba,
y todo el camino ellos cantaban.

Vosotros, hermanos de la lira y la voz melodiosa,
lamentad su suerte: mas regocijaos de la propia.
Vivid confiados, y perduren vuestros días,
Los dioses se solazan sólo con el canto de Purcell,
y no piensan enmendar su elección.

1 comentario:

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