miércoles, 30 de diciembre de 2009

Todos los tiempos, el tiempo (parte 12 del relato del camino)

Ponferrada, la plaza mayor

Queridos amigos de las aventuras (sobre todo de las ajenas! jajaja).

Hoy les escribo desde Ponferrada. Estoy en un albergue parroquial inmenso y muy bien puesto, con internet gratuita y gran bullicio. Unos pocos estamos en la sala-biblioteca, leyendo o estudiando mientras en la planta baja un peregrino sardo toca la guitarra y canta a los gritos para el deleite del resto.

Ayer asistí a algo que jamás hubiera imaginado, una procesión medieval, pero en nuestro veloz tiempo.

El mes de mayo es, en estas latitudes, especial para los labriegos. Durante la semana de la fiesta de San Isidro Labrador hubo rogativas y los curas de los pueblos salieron a bendecir los campos, rodeados de vecinos que llevaban imágenes del santo con flores y cintas que ondulaban al viento. Aunque también hay otras devociones, como la Virgen de Castro (una imagen de un pueblo que se llama Castro, cerca de Astorga), a la que sacan todas las primaveras para pedirle, con una gran procesión, que llueva durante el verano.

Esto último me lo explicaron el sábado en una pequeña iglesia de un pueblo llamado Valdeiglesias. Había entrado para ver el retablo y encontré allí a cuatro viejitas armando ramos para el altar, con MUCHÍSIMAS flores de todos colores. Me acerqué y les pregunté si había un casamiento o era la fiesta del pueblo. Me miraron sorprendidas y me dijeron que no, que por qué preguntaba eso. - Por las flores - les dije. Se miraron entre sí y una me dijo que por supuesto que no, que ponían tal cantidad de flores porque al día siguiente era domingo, y así lo habían hecho toda la vida (y suponían que así se haría en todas partes), que decoran la iglesia con flores que acercan los vecinos cada mañana de sábado. Disimulé la vergüenza que sentí súbitamente y me ocupé en seguir la charla, que derivó en mi llegada a Astorga y la romería de la Virgen, de la que participé, obviamente.


Pendones en la procesión de la Virgen de Castro

Domingo, 7 de la mañana. Misa solemne en la catedral, y a las 7.30 salvas de cañones y campanas a vuelo (por supuesto que nadie piensa en los vecinos que puedan despertarse un domingo a esa hora; claro que no, eso no importa tratándose de la Virgen). Salió la imagen, precedida por toda la gente. Cada parroquia de las cercanías estaba representada con una cruz procesional de plata o bronce (a cuál más linda), decoradas con flores frescas, con las que comenzaba la romería. Seguía una serie importante de obispos y purpurados, con sotana y roquete, algunos con capas y muchos con bonetes (¿de dónde sacarán todo eso?, era como un museo viviente). Luego de andar unas cuadras, la procesión llegó a la ruta y ahí vino lo más impresionante: cuarenta pendones, uno por cada pueblo de la zona, de aprox. 10 metros de altura precedían a la Virgen, y cada uno era llevado por un hombre forzudísimo que lo sostenía apoyado en un cubilete que colgaba de un inmenso cinturón de cuero que llevaba en su cintura. Una de las cosas más vistosas era el izamiento de cada estandarte: unos cinco hombres ayudaban al que lo cargaría, y lo ponían en el cubilete mientras un grupo de músicos acompañaba con redoble de tambores y carretilleo de castañuelas (lo que daba una sonoridad un tanto circense), hasta que el palo era colocado en su sitio, y entonces tocaban un pasodoble o algo similar entre los aplausos de los que estaban cerca, mientras corrían las damajuanas de vino y la tela flameaba con el viento fresco de la mañana. Ver la hilera interminable de estandartes multicolores y los leones rampantes azotándose en el cielo, mientras se escuchaban las músicas mezcladas (mucha flauta y chirimía, castañuelas y tambores; los más pudientes tenían algún bronce entremezclado en el ensamble) era verdaderamente conmovedor, créanme, ... algo así como un clip viviente del Vexilla regis (jajajaja)

Vexilla regis prodeunt:

fulget Crucis Mysterium

(aparecen los estandartes reales / resplandece el misterio de la Cruz)



Rabanal del Camino, mate y acuarelas en el descanso de la tarde


Caminé el resto del día y llegué a Rabanal del Camino, donde me alojé en un refugio de Benedictinos, administrado por una cofradía inglesa. Llovía muchísimo, y 20 metros antes de llegar al porsche del albergue comenzó a granizar. Allí me refugié junto a varios peregrinos, hasta que salió el hospitalero que se limitó a decir: "English hostel and English weather".

Los hospitaleros merecen un capítulo aparte. Son gente hizo el camino y que voluntariamente, durante quince días, administra un albergue de peregrinos. Hasta ahora me han tocado los más diversos: un matrimonio español, un jesuita francés que misiona en Cuba y toma vacaciones como hospitalero, un par de suizos, una irlandesa y un inglés, dos brasileñas, un alemán con su hija...

Te reciben al llegar al albergue, te piden la credencial y te asignan una cama. Todo esto lo hacen casi sin hablar (porque están acostumbrados a que la gente venga de procedencias tan diversas, que han descubierto que lo mejor es hacer todo esto en silencio, comunicándose con miradas y aprovechando que los peregrinos también hacemos todo esto de manera casi mecánica). Luego desaparecen, pero uno sabe que si los necesita están en su habitación, a la que nadie osa llamar ni ingresar, o dejan su número de celular en un lugar visible. Algunos se ocupan de la cena (por ejemplo el cura de San Juan de Ortega, que fiel a las tradiciones medievales, cocina sopa de ajos para los peregrinos, o los del albergue parroquial de Estella, que hacen una cena comunitaria para todos los que quieran acercarse). Finalmente se van a dormir y a la mañana por lo general no aparecen. Los peregrinos se van yendo, según sus necesidades, y "el último cierra la puerta". Eso es todo.

Sin embargo hay algunos que evidentemente disfrutan con su rol. Los suizos, por ejemplo, con su típica obsesión, anotan todo en prolijísimos cuadernos que intuyo que nadie leerá jamás. Cuando es el momento de limpiar se van al cuarto y vuelven vestidos-disfrazados de operarios, con overall y guantes... para pasar la escoba! jajajaa. Una vez que terminan vuelven a sus ropas normales con las que siguen revisando y releyendo los cuadernos. Dan risa, pero al mismo tiempo ternura.



Una cosa que me llama la atención es cómo alguna gente ayuda a los peregrinos. Algunos albergues (como aquel en el que estuve ayer) son de cofradías internacionales. Estos suelen ser gratuitos, y ofrecen mucho más que los de España.

De estos, el que más me impactó fue uno de italianos, en San Nicolás del Ponte Fitero. Les han cedido la ermita de San Nicolás (una capilla románica preciosa), y ahí tienen hospedería con camas para sólo 8 peregrinos, pero con café, leche, agua y galletas a cualquier hora del día, para todo aquel que quiera pasar y tomar. Ni siquiera sabía de ellos, pero cuando iba llegando encontré a un hombre de cara de Papá Noel de vacaciones juntando flores en un pequeño huerto junto a la ermita. Me acerqué atraído por el ramo e instantáneamente el personaje se me acercó y comenzó a hablarme en mal castellano. ¡No se imaginen la alegría que le dio cuando le dije que podría hablarme en italiano!, entonces me invitó a pasar y a tomar algo, y me presentó a su compañero hospedero, con quien me contaron que lo que hacen es recibir a quien quiera y cuando quiera, ofrecen cena y desayuno, y todos los días, antes de que los peregrinos partan LES LAVAN LOS PIES en señal de servicio "perché co ha fatto Cristo" (!!!).

Esta mañana pasé por un pueblo que se llama Manjarín. Es de piedra, y está abandonado, pero sin embargo existe ahí una casita donde una comunidad de supuestos templarios asiste a los peregrinos. Y se repite el esquema: te acercás y hay una mesa con termos de café, leche y agua, saquitos de te y galletas. Cualquiera puede tomar lo que quiera y cuanto quiera. Si uno desea puede charlar con los templarios (que me parecieron bastante new age, pero simpáticos, sin duda), que viven ahí y se dedican exclusivamente a asistir a los viajeros.

Y también recuerdo bien otra mesa de oferta de comida, en una parroquia en un pueblo navarro. Lo atractivo es que aquella estaba mucho mejor puesta. Era como una mesa de cumpleaños, para el que quisiera acercarse al pasar. Había un cartel de invitación, te sentabas y salía el cura con termos para ofrecerte algo caliente e invitarte a servirte cualquier cosa de los platos. Una versión cristiana de la delirante fiesta de no-cumpleaños del Sombrerero Loco de Alicia en el País de las Maravillas.

Y todo esto que parece tan poco (una taza de bebida caliente, un vaso de jugo, una galleta o trozo de torta), mientras vas caminando muerto de calor o frío, o cansancio, es algo realmente maravilloso. He revalorizado mucho con el camino los conceptos de RESTAURANTE (el sitio donde te restauras) y HOSPITAL (allí donde sos un huesped, con todo lo que eso significa).

En fin, se me ocurre mucho para contar, pero tengo que ducharme e irme a dormir, para seguir caminando mañana. Hoy el día fue largo (36 km), y tuve mucha lluvia que entorpeció un poco el paso.

Los pueblos de esta región han vuelto a ser hermosos, igual que aquellos de los pirineos. Las casas tienen paredes de piedra y techos de pizarra. En cada pueblo cambia el color de puertas y ventanas: en algunos verdes, en otros marrones, o incluso cobalto. La vegetación ha vuelto a ser rica, y con la lluvia el suelo va oliendo a diversas plantas, o a resina en los bosques. Hay muchísimos pájaros, con cantos distintos, pero todos negros y con plumaje denso y brillante, de tornasoles azules. También hay infinidad de flores, de todos los colores imaginables (incluso aquellos que jamás vistió Salomón...).

Los dejo hasta la próxima. Gracias a todos por sus respuestas, me alegra mucho que puedan disfrutar tanto con mis relatos, y me alegra más que gracias a ellos ya haya quien poco a poco planea su primer camino a Compostela.



3 comentarios:

  1. Ramiro, espero que estes disfrutando tus vacaciones o tu descanso...
    Estuve leyendo tu último posteo y me pareció muy interesante no solo la forma en la que narras todos los detalles del trayecto sino lo qué pasa y cómo pasa. Me acuerdo cuando en el 2009 te fuiste a peregrinar, y ahí me surgieron unas dudas que todavía existen, son las siguiente ¿Cómo comenzaste en todo este tema de ir a peregrinar? ¿Cómo lo conociste? ¿Te lo recomendó algun amigo o conocido? ¿Fuiste solo la primera vez? Te pregunto porque me parece algo super interesante, y quién sabe si más adelante no me dan ganas de hacerlo...
    Muchas gracias, feliz 2010 y felices vacaciones
    Renata

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  2. hola Renata!

    Brevemente: hace unos diez años, la Asoc. Wagneriana (que ya no existe) me pidió una conferencia sobre "Música en el camino de Santiago". Ahí me puse a leer y a investigar un poco, pero pensé que el tema era algo del pasado, que ya no existía. Luego, en 2008, fui al dentista (?!), y en la sala de espera me puse a leer una revista donde había una nota de una chica de San Isidro que había ido al camino... entonces la peregrinación seguía viva!. Me fui a casa y empecé a buscar por internet, me dio muchísima alegría, y de a poco me fui metiendo en el tema, hasta que decidí ir.

    Fui solo (no es la primera vez que iba a Europa solo), y me organicé desde acá para saber desde dónde salir, etc. Es un viaje GENIAL para ir solo (quizás, porque nunca estás verdaderamente solo en el camino).

    HACELOOOOO!, proponételo para dentro de algún tiempo, y andá!, es bue-ni-si-mo!!!, ya vas a ver.

    Saludos desde Mendoza

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  3. Hola Ramiro!

    Y la verdad.... tienta mucho ese viaje! Cuando mi novio me dijo que queria hacerlo le dije que estaba loco, directamente, que "ni en pedo" yo haria algo asi. Y quiere la casualidad que justo al tiempo vos lo hagas y empieces apublicar los relatos, las fotos. Me enamoré realmente. No se si algun dia podré hacerlo pero definitivamente siento que "de algun modo" hice un poquito el viaje, leyendo tus descripciones y relatos tan interesantes. Una vez más te felicito! CECILIA

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