martes, 22 de diciembre de 2009

La cultura que nos toca

Prevengo al lector, ante todo. Esta entrada no pretende dar solución a ningún problema, y quien la escribe no puede todavía dar respuestas a lo que plantea.

Hace un mes viajé a Mendoza. Coincidió mi visita con un concierto en el que tocaban varios amigos (una misa de Bach, y una selección de arias de cantatas, del mismo autor). Para corroborar horario y dirección del mismo, busqué los datos en el diario Los Andes de ese día. Era el único concierto de música clásica que había ese día en Mendoza, y sólo aparecía una gacetilla mínima con los datos imprescindibles. Sin embargo, en la cabecera de la misma página aparecía una nota inmensa a Zulma Lobato (un travesti decadente que se hizo famoso por su ridícula y grotesca estampa al querer cantar una conocida canción de telenovela). Alternativamente, recibí chismes diversos acerca del infeliz personaje.

Volví a Buenos Aires y durante unos días olvidé el incidente. Pero comenzó a resonar por todos lados un nuevo nombre: Ricardo Fort.

Que ciertos nombres aparezcan en determinados contextos, es previsible. Recuerdo cuando trabajaba dando clases en un barrio marginal, que me planteaba la existencia de dos universos paralelos, de los que me tocaba entrar y salir todo el tiempo. Ellos hablaban de sus personajes, y nosotros de los "nuestros" (suena horrible todo esto dicho así, pero es real. Yo me sumergía por unas horas en el mundo de ellos y luego volvía al mío, quizás por eso fue que no trabajé más ahí, porque era imposible asimilarlos al mío, y porque no podía yo insertarme en aquel). Lo increíble es que el nombre del Sr. Fort surgió por todos lados, y de las bocas menos esperadas:

Tomaba exámenes y mis colegas de la mesa, mientras esperábamos que los alumnos dieran un escrito, comenzaron a "criticar" a Fort (¡pero bien que sabían todo sobre él!).

Un amigo del interior (destacado ilustrador, famoso por la profundidad de sus trabajos) vino a Buenos Aires y me avisó por mensaje de texto a mi celular: "Ya estoy en la tierra de Ricardo Fort".

Un conocido, director de orquesta, haciéndose el risueño, pone en su estado de facebook: "tuve pesadillas, soñé con Ricardo Fort", a lo que llovieron comentarios supuestamente hilarantes.

Anoche, mientras volvía a casa en el tren, leía la revista ADN Cultura (un número viejo, debe tener tres semanas), y encontré ahí la crítica del libro "Zonas húmedas" de Charlotte Roche. Copio de la revista: "Después de haberse rasurado la zona anal y causado una grave fisura, Helen es llevada al hospital donde tiene que ser operada de inmediato. A eso le sigue una investigación corporal rabelesiana, en la que Helen recuerda extrañas experiencias sexuales, su enfermizo onanismo, cómo se trabaga la cocaína en bolsitas de papel higiénico y tomaba el vómito de sus amigas...". Concluye el artículo diciendo que es sólo una provocación gratuita adornada con fetichismo, pero que es record de ventas (¡y pensar que para leerlo hay que pagar 86 pesos!!).

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No tengo dudas. Estos personajes se van a desvanecer rápidamente, y quedarán en el limbo del olvido, del que serán rescatados alternativamente por demonios mediáticos que intentarán sacarles las últimas gotas de sangre y dinero, y por ángeles del conocimiento que los estudiarán como a ratitas blancas, en sus inmaculados laboratorios de la investigación sociológica.

Tampoco me alarmo. No compiten con mis actividades, ni con mis intereses inmediatos.

Sin embargo me siento como abatido y por un momento veo todo extremadamente oscuro. Ingenuamente pensé que esos personajes "marginales" estaban lejos de mi pequeño mundito en el que intento hacer reinar a la belleza. Y de pronto, me doy cuenta, que no es tan así. Compartimos buena parte del público. Y adivinen quiénes tienen más poder de aparición masiva.

8 comentarios:

  1. Lobato y Fort son dos monstruos. Freaks que venden porque apelan al morbo de la gente.
    Víctor Hugo escribió una novela, muy poco valorada a pesar de ser considerada su mejor obra por el autor; llamada "el hombre que ríe" ("L´homme qui rit"). En ella, que es un dramón bastante barroco; el personaje de Gwynplaine, es desfigurado en su niñez para quedar siempre sonriendo a los efectos de ser un saltimbanqui y ganarse la vida.
    Se lo considera la inspiración del personaje del Joker, el Guasón en Batman.
    Bueno a lo que voy es que los medios, la sociedad, la cultura nos provoca una operación de risa que es casi casi la misma que la de Gwynplaine.
    Nos obligan casi coercitivamente a reirnos, a disfrutar, a hablar, a pensar, en cosas que como Fort, o Lobato, son, siendo piadosos, extremadamente grotescas.
    Ésto se debe, para mí, al triunfo de la globalización económica y la imposición de la monocultura. Es más negocio vender hamburguesas de Mc Donald's en Beijing, Moscú y Buenos Aires que vender las comidas regionales.
    El producto tiene que ser cada vez más barato, más fácil de producir, y acotaría Marx, de peor calidad; para poder ser vendido en todos lados a consumidores cada vez menos exigentes y en muchos casos más estúpidos.
    Con la cultura, que es un producto mercantil más; pasa lo mismo.
    Investigar una música bella, estudiarla, ensayarla, armar un concierto y darlo es, a los ojos del monomercado, una artesanía terriblemente costosa cuyo relación costo/beneficio es imposible de justificar.
    La aparición mediática de monstruos es mucho más barata, redituable y masiva.

    Pero lo que en el fondo todos saben, dentro de 200 años, nadie recordará a los Fort Lobatos y alguien todavía se sentará un día con su violín, el tataranieto de Alicia tal vez, a empezar a estudiar las Sonatas del Rosario de Biber.

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  2. Julián. Tu claridad es apabullante y magnífica.

    Tenés razón. Por supuesto que siempre hubo Gwynplaines en el mundo. Las mujeres barbudas de los circos, sin ir más lejos.

    Lo que me alarma y entristece es que todo ese mundito freak se va colando en los otros munditos. No hay duda de que Bach, Schmelzer, Goethe, Victor Hugo y Platón seguirán vivos en muchos ámbitos, y que harán un banquete en el que se comerán a todos estos perejiles. De todos modos me parece que todo lo que pasa, es así porque quienes trabajamos en la cultura, o por la cultura, los dejamos entrar.

    ¿Es más barato crear monstruos mediáticos que ganan millones que difundir valores culturales que económicamente cuestan MUCHO MENOS?

    Por otra parte fantaseo y pienso qué pasaría si se armara, por ejemplo, un grupo de música antigua de travestis que tocaran mal y fueran horribles. ¿Tocando una sonata de Telemann, desafinada y fuera de estilo, tendrían el mismo éxito que el "Resistiré" de Zulma Lobato? Mmmh, no sé, no sólo aparecen por ser freak. (¿o si?)

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  3. Hola ! se los siente muy descorazonados!!
    Como soy una tonta optimista, me permitiré introducir otro punto de vista que llamaré "todos los personajes deben estar para que el guión funcione" y así evitar un camino peligroso por 2 motivos:
    1- caer en el "síndrome de la torre de marfil" en el que caen por ejemplo, muchos investigadores en ciencias varias subvencionados por el Estado nacional considerando que su actividad es el único centro equilibrado del Universo. Y no, la realidad es mas amplia.
    2- ignorar la Historia: siempre estuvieron los ambiciosos a ultranza, los monstruos, los enfermos, los ignorantes satisfechos, (pueden seguir Uds. la lista)formando la trama de la Humanidad. Nuestros munditos "sutiles como pompas de jabón" se rozan, se interpenetran superficialmente, a veces se unen o estallan... se hibridizan. Y de ése mestizaje (diría Ramiro) salen cosas nuevas, por acción o... por reacción.

    ¿No me enseñaste, acaso, que los barrocos hacian sonar lo áspero y feo, para que se aprecie mejor el contraste con lo bello?

    Tampoco tengo las respuestas, pero sé que todos distamos de ser ángeles y se me ocurre que la búsqueda es individual, con las variantes de cada persona. (ojalá tu mundito de belleza se expanda !!). Estoy segura que el mundito Bach/Aristóteles tiene poderosos anticuerpos contra la infección Lobato/Fort.

    Por último, siempre pienso que ser docente significa mostrar todas las posibilidades (incluída la del consumismo que señala Julián), pero permitir que el otro decida...(aunque nos amargue su elección). A"na

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  4. Hola Ana

    Tu optimismo y tu memoria no tienen parangón. Me alegra, y seguramente le gustará a más de uno tu comentario.

    Gracias!

    Ramiro

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  5. Voy a tratar de hacer un aporte.
    George Steiner, empieza "Gramáticas de la creación" diciendo "No nos quedan mas comienzos". En un primer capítulo muy recomendable habla de la decadencia de la cultura occidental (el cansancio espiritual de fin del siglo XX) y de la fascinación de lo negativo.
    Creo que la cultura occidental (que es donde principalmente se da este fenómeno de lo marginal como centro de la escena) esta herida en su ser mas esencial. Y como no dejamos que nadie nos diga que es bello y que no, solo nos queda apelar a nuestras pasiones mas primitivas.
    A lo morboso, a lo que nos provoca, a lo que nos da vergüenza.
    Creo tambien que es urgente un replanteo sobre que cosa es el arte. Gracias a Dios, yo no leí a Charlotte Roche. Seguramente no la voy a leer. Pero no sorprende que se generen ese tipo de movidas culturales.
    Si Joyce se hizo famoso hablando de la masturbación de Leopold Bloom, y haciendo una novela de una persona que es todo lo contrario a un heroe (Joyce dixit), detrás viene otros que no tienen la cultura clásica que tenía Joyce pero buscan imitarlo en lo que pueden. Así cuenta cosas el doble de morbosas de las que contaba él.
    La idea de progreso en el arte es muy nueva. Y en realidad no tiene ningún sentido.Pero como negamos a los trascendentales (los aristotélicos , no los kanteanos, lo bueno, lo bello, etc.) la regla que nos queda para juzgar es la de lo nuevo y lo viejo.
    El mundo cultural es una "superestructura" de todo lo que pasa en la CULTURA de una civilización. Querer frenar lo que esa Cultura genera me parece una guerra perdida. El desafío es que el mundo cultural ayude a cambiar a la sociedad. Y eso exige, a mi entender, por un lado tener bien en claro hacia donde se quiere ir (No esperemos que una sociedad materialista genere una cultura espiritual) y por el otro tener en cuenta que ese cambio es peronal e individual. Vale decir se da en el Hombre y no en la Humanidad.

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  6. Mariano. Gracias por tus ideas.

    Es cierto, que no podemos frenar lo que genera la cultura en la que vivimos. Lo que me parece más peligroso es que esa misma cultura parece impedir que quienes no estamos de acuerdo con ciertas cosas sigamos adelante.

    Lo que me encanta, y con lo que estoy plenamente de acuerdo, es que "el cambio es personal e individual, es decir que se da en el hombre y no en la humanidad". Ojalá todos lo tengamos SIEMPRE presente.

    Quién sos, de dónde escribís?

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  7. Hola Ramiro, como no podría ser de otra manera, no dejo de coincidir con vos en tus conceptos, sin embargo leo lo de "buscar lo bello"como sino vital, y también las consideraciones de R Fort, y no puedo evitar pensar risueñamente en Horacio Franco que con sus farabutadas está en la encrucijada de los dos caminos. Feliz Navidad
    Pablo Herrera

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  8. Pablo:

    Tenés razón. Horacio Franco está en la encrucijada. Y de hecho, en México es famoso (de hecho, sale en videos en you tube con una remera que dice "PORNSTAR" tocando las partitas a solo de Bach).

    Conozco muchos flautistas de diferentes lugares del mundo, y TODOS lo conocen (aún cuando entre sí no se conozcan, y cuando ignoren la existencia de músicos que me parecen sublimes).

    Me deprime un poco pensarlo.

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