viernes, 2 de octubre de 2009

La creación en Buenos Aires

La temporada musical de Buenos Aires nos trae estos días la versión de Rilling, con un elenco enteramente argentino, del oratorio La Creación, de Haydn. Escribí una nota en Cantabile sobre el tema, la posteo a continuación.

Hoy es la última función, ojalá que haya mucha gente que pueda asistir a este rayo de luz en medio de tanta cosa mala que vivimos (o creemos vivir) a diario en nuestro país, tan vapuleado culturalmente.

Helmuth Rilling, ayer en Buenos Aires, en el ensayo general de La Creación
(Gracias a Oscar Rivero por la foto!!!)

Y habrá luz...

El octavo concierto de la temporada de Festivales Musicales, en coproducción con el Teatro Colón, nos acercará una nueva versión de La Creación, de Franz Joseph Haydn, dirigida por Helmuth Rilling.

Helmuth Rilling tiene una larguísima trayectoria musical como director y organista. Cuando aún era estudiante, en la década del 50, fundó el coro que lo haría conocido internacionalmente, la Gächinger Kantorei. Una década más tarde fundó el Stuttgart Bach Collegium; unió los dos conjuntos y con ellos recorrió el mundo, y presentó y grabó la integral de cantatas de Bach (un proyecto monumental ante el que quedamos todos boquiabiertos). En 1981 fundó la Academia Bach de Stuttgart, que serviría de modelo, entre otras, a la de nuestro país. Es un pionero de la difusión e inclusión de los estilos preclásicos en el panorama musical internacional, y ha sido además un gran difusor de repertorios que, gracias a él y a otros pocos que se animaron, hoy es conocido y respetado internacionalmente.

En un brevísimo diálogo nos anticipó algunas ideas acerca de su concepción del primer oratorio de Haydn, La Creación (Die Schöpfung). “Si bien es la continuación de la tradición barroca (sobre todo de los grandes oratorios händelianos), también tiene algo del clasicismo vienés, e incluso va más allá. Haydn estaba mirando hacia el siglo XIX y la música romántica, y esto puede verse en la especial representación en música que él hace del caos. No se debe olvidar la influencia mozartiana en este orarotio, concretamente de La flauta mágica. Haydn y Mozart eran amigos y convivían con la tradición operística de Viena. Las dos obras se estrenaron en la misma ciudad con pocos años de diferencia”.

Cada palabra, cada frase, se traduce en optimismo. Rilling no encuentra dificultad en trabajar con una orquesta y un coro a los que no conoce, ni en enfrentarse a los solistas que tenga delante. “Siempre es un placer para mí ir a Buenos Aires. Como bien sabe, he estado en contacto con Mario (Videla) desde hace mucho tiempo. Es un excelente colega y muy buen amigo. Hicimos conciertos, y es magnífico que él haya fundado la Academia Bach de Buenos Aires, así es que estoy feliz de volver, para conmemorar allá el aniversario de Haydn. Es una alegría para mí dirigir en otros países, lo hago muy seguido y lo disfruto”.

“Los solistas tienen mucho para cantar y esta obra no debería ser un problema para ellos, sólo hay que encontrar el estilo del trabajo. Para el coro tampoco habrá conflictos, en las partes corales se ve mucho la influencia barroca al estilo de Händel, compositor que los cantantes conocen bien. Ustedes tienen buenos músicos y buenos coros y orquestas, que deberían poder ajustarse a estilos diferentes. No veo ningún problema. He hecho música barroca con la Sinfónica de Chicago, por ejemplo, y ellos cambian su manera de tocar con excelentes resultados”.

La charla se desvió súbitamente. ¡La Sinfónica de Chicago haciendo música barroca!, una idea aparentemente imposible a esta altura de las versiones historicistas (y su creciente y exigente mercado). Rilling dejó clara su postura: “Prefiero los instrumentos modernos -dice sin vueltas-, pueden tocar en el estilo en que uno quiera que toquen. Para hacerlo con instrumentos clásicos haría falta tener ensambles especializados y ustedes no los tienen. Si los músicos son buenos, pueden cambiar de acuerdo a la música y tocar sin vibrato”.

Es muy cierto y Rilling es pragmático: en Argentina aún no hay orquestas clásicas (si apenas, con enormes esfuerzos se está logrando tener orquestas barrocas y ninguna tiene verdadera estabilidad ni subvención económica), pero sin embargo es casi inocente intentar una versión historicista, o con parámetros “de época”, en menos de una semana de ensayos al frente de organismos con los que no trabaja habitualmente y que no llevan adelante una propuesta estética de fidelidad a ningún estilo en particular.

La obra

Haydn hizo un primer viaje a Inglaterra en 1791, invitado por el violinista alemán Peter Salomon, quien se dedicaba a organizar conciertos, y lo ayudó a programar una serie de presentaciones que por cierto fueron exitosas. Este viaje estuvo marcado por una importantísima actividad social y académica. Fue nombrado Doctor Honoris Causa en la Universidad de Oxford y participó en numerosas reuniones y tertulias musicales, contactándose con las más prestigiosas figuras de la música inglesa del momento. Pero además tuvo tiempo de asistir a numerosos conciertos y de conocer la tradición inglesa de los oratorios händelianos, y este fue el origen de La Creación, su primer oratorio, que estrenaría en Viena en 1798 y que al año siguiente sería presentado exitosamente en París, Praga, Londres y Berlín. El mismo Haydn ofrecería anualmente, en Viena, una presentación de esta obra, siempre con fines benéficos.

El texto le fue provisto por el barón Gottfried van Swieten, un cultísimo aristócrata holandés que estuvo cerca de Haydn, Mozart y Beethoven, colaborando con ellos o brindando mecenazgo a sus carreras. Para hacerlo se basó en textos bíblicos (del Génesis y los Salmos), y en El paraíso perdido de John Milton. El texto de Milton, poeta inglés del siglo XVII, había sido criticado por quienes defendían las ideas de la ilustración, ya que estaba lleno de elementos sobrenaturales; sin embargo, quienes sin darse cuenta ya estaban prefigurando el pensamiento romántico se sintieron atraídos por él (van Swieten entre ellos) al darse cuenta de que el paraíso o el infierno no debían ser tomados literalmente sino como metáfora de estados de ánimo. De la mano de Leopoldo II “Santo Emperador Romano de la Nación Germana”, Austria dejaba de lado el pensamiento ilustrado y artísticamente seguía las ideas de libertad que proclamaba el movimiento Sturm und Drang (Tormenta e impulso).

La anécdota-leyenda nos relata que en marzo de 1808, en la Universidad de Viena, se presentó este oratorio que ya era conocido por el público de esa ciudad. Haydn estaba viejo para dirigir, pero asistió al concierto. Tras la introducción orquestal, el cantante que encarnaba a Rafael hizo su primer recitativo: “Al comienzo creó Dios el cielo y la tierra, y la tierra carecía de forma y estaba vacía, y la oscuridad flotaba en la superficie del abismo”. Continuó el coro: “Y el espíritu de Dios flotaba sobre la superficie de las aguas; y Dios dijo: que haya luz, Y HUBO LUZ”. El poderoso acorde del tutti llenó la sala (como ocurría anualmente desde hacía casi veinte años), y entonces el público emocionado descargó una ovación incontenible. Se cuenta que Haydn, visiblemente emocionado, elevó la mirada, señaló al cielo con sus manos y en ese momento Beethoven se acercó y se las besó. El frágil Haydn no soportó la situación y tuvo que salir de la sala. Fue su última aparición pública antes de su muerte.

Pese a que la crisis social y económica es inmensa en muchos ámbitos, y al descrédito y desánimo que a veces impera entre nosotros, Buenos Aires sigue ofreciéndonos propuestas culturales que son únicas. Los ciclos de las asociaciones privadas, y algunos de los programados por organismos estatales, nos traen conciertos que nos acercan a repertorios que jamás podrían ofrecerse en el interior del país ni en muchas ciudades de países vecinos. Sigue habiendo luz entre nosotros.

La Creación
Oratorio de Franz Joseph Haydn
Teatro Coliseo, 1° y 2 de octubre a las 20.30
Festivales Musicales (coproducción con el Teatro Colón)
www.festivalesmusicales.org.ar

Dirección musical: Helmuth Rilling
Coro Orfeón de Buenos Aires
Orquesta Filarmónica de Buenos Aires
Solistas: Soledad de la Rosa (soprano), Carlos Ullán (tenor), Hernán Iturralde (barítono).

4 comentarios:

  1. CÁCERES, 22 (EUROPA PRESS) - El Festival Internacional de Artes Audiovisuales Urbanas 'Urban Screens', que tendrá lugar en Cáceres del 8 al 11 de octubre, ofrece la oportunidad a todos los cacereños de "compartir su talento musical" y convertirse en "el dj protagonista por un día".

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  2. Publiqué el comentario que antecede a este, porque me pareció algo extrañísimo. Quizás el que lo envió pueda darme alguna explicación, o quizás algún lector me pueda decir qué significa eso. ¿una manera de difundir un festival rockero a través de blogs que no tienen nada que ver? ¿un error causado por un enter mal apretado?.

    Si alguien me aclara el panorama... bienvenido.

    Y si sirve para que alguien más disfrute del festival de Cáceres... también bienvenido (y si me quieren mandar un pasaje para ir a Cáceres: MEGA-BIENVENIDO!!!)

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  3. De extraño nada, tenes un spam. Un Spam-A-Lot. Hay miles de bots yirando por la blogosfera, acechando para publicar sus cosas en blogs ajenos. De próxima aparición: clasificados de contactos interpersonales.

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  4. Grisalida, si sos la que yo creo. Gracias! (y si no sos, también)

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