jueves, 22 de mayo de 2008

¿Escuchamos música en Buenos Aires?


Quienes escucharon mi programa de Radio Nacional, el miércoles pasado, escucharon mi inquietud ante una nota que escribió Daniel Varacalli Costas en la revista Cantabile que revela la poca cantidad de gente que escucha música clásica en una ciudad tan inmensa como Buenos Aires. El tema me movió a reflexiones diversas, una de ellas es la que escribí para el diario Perfil, que será publicada el domingo próximo. Aquí va, para que la pensemos juntos.

¿Escuchamos música en Buenos Aires?

La ciudad de Buenos Aires posee una de las carteleras más completas y atractivas de América Latina, con ofertas musicales de todo tipo. Pero es curioso, una ciudad con ocho millones de habitantes produce innumerables actividades de música clásica para un público que representa apenas el 0.25 % del total.

Y no es que los porteños no escuchemos música. Es notable la cantidad de gente que consume programas de radios de todo tipo y grabaciones en discos y videos ,o programas de televisión. Ponemos música en el auto, usamos reproductores en los medios de transporte público (fíjese, al viajar en subte, tren o colectivo la cantidad de gente que lleva puestos sus auriculares), y en nuestras casas y trabajos. No vamos a conciertos.

¿Podemos hablar de ventajas de la música en vivo frente a la envasada? Sin duda que sí.

La grabación nos permite comenzar y terminar la escucha en el momento que queremos, ajustar el volumen a nuestra comodidad, emitir opiniones sobre lo que escuchamos en tiempo real, hacer otra cosa mientras que suena. Y todo eso es lo que hacemos… mientras que no escuchamos música sino que manipulamos un fenómeno acústico para que sólo sea el telón de fondo que le de un toque cinematográfico a nuestra vida cotidiana.

Ir a un concierto implica disfrutar de la música en su aquí y ahora, y sobre todo escucharla (es decir, prestar atención a lo que oímos). La salida, más allá de su atractivo de “programa”, de la buena compañía que tengamos o no, o de lo que hagamos antes o después del concierto, nos compromete a saber que durante un tiempo estaremos ocupados nada más (¡y nada menos!) que de escuchar música.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Podés dejar acá tu comentario, o comunicarte conmigo escribiendo a ramiroalbino@hotmail.com

contador de visitas