Pero esta vez, estaba del otro lado, y la idea no se me había ocurrido a mí sino a ella, y sin embargo compartíamos la felicidad, y me dí cuenta que su idea me transformó estos días mientras estudiaba, cuando preparaba las partituras, cuando estaba nervioso camino al primer ensayo, cuando hicimos y terminamos el proyecto. Y creo que eso nos pasó a todos, de manera más o menos igual.
Mariana tuvo la idea, nos convocó, y entre todos pudimos llevarla adelante, y cuando terminamos nos pusimos felices y aplaudimos y nos llenamos de alegría. Y luego vendrá la parte en que el público también disfrute de nuestro trabajo, y también se ponga contento (ojalá), y así todo se multiplica a niveles insospechados.
Estos proyectos me llenan de ganas de seguir haciendo cosas, porque me hace mucho bien el generar proyectos, pero también porque sé que con mis ideas puedo también hacer más feliz la vida de otra gente (ya sé que esto puede ser súper obvio, pero esta vez lo sentí más a flor de piel, otras veces me pasa más desapercibido).
Y como el movimiento se demuestra andando, pues, ANDEMOS!
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