Ayer tuve la alegría de participar de la inauguración del Centro Cultural Le Parc, un nuevo espacio que se inauguró en la provincia de Mendoza, Argentina, proyectado como una "incubadora de proyectos" (en un tiempo veremos qué se incubó, por ahora hay que esperar).
El complejo toma el nombre del artista plástico Julio Le Parc, quien hizo una obra cinética ad hoc para ser emplazada en la sala. Y sinceramente me pareció un trabajo magnífico que me fascinó como la primera vez que ví sus obras cinéticas en la adolescencia. No sé (y verdaderamente no me importa) qué digan los opinólogos del arte, ni qué piensen los que creen que todo está pasado de moda y que "el arte cinético ya fue". Sólo puedo asegurar que es placentero entrar en ese espacio y ver cómo las luces se reflejan en los miles de cuadrados de acrílico que forman esa esfera colgante. Y me gustó más ver la obra cuando hay poca gente, y el espacio gigantesco está inmóvil excepto por los silenciosos trozos de color que se mueven en el aire. Creo que Mendoza necesitaba un espacio así.
Les dejo un video de diez segundo, tomado con un celular. No es gran cosa desde lo visual, pero permite un acercamiento a la obra.
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