- Un fragmento de inmensa decoración de hierro en una puerta de iglesia
- Una puerta que alguna vez fue señorial, pero que ha sido perforada para poder cerrarla con una cadena
- Otra con un orificio por el que se ve un manchón de pasto
- La penúltima más propia de una casa señorial o solariega, con tachas y un cerrojo decorado de modo austero
- Y finalmente una puerta cuya cerradura es un escudo episcopal (puerta del Obispado de León)
Siempre queda la incógnita, el espacio para la fantasía, un poco de misterio sobre la ubicación de cada puerta y toda la carga que cada uno de nosotros quiera ponerle a cada una.
¡Feliz fin del domingo de elecciones, para mis amigos que viven en la Ciudad de Buenos Aires!
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