Quevedo, en un famoso soneto, dice: ‘Escucho con los ojos a los muertos’, y pocos años antes, sor Juana Inés de la Cruz escribe en una carta-poema: ‘Óyeme con los ojos, ya que están tan distantes los oídos’. En ambos casos se confunden vista y oído. Al leer no sólo comprenden significados y mensajes decodificando signos visuales, también evocan voces o sonidos. Escuchan al mirar.
Nuestra experiencia de la música, puede verse enriquecida y optimizada si aprendemos a “leerla” con los oídos (y no me estoy refiriendo a la lectura de partituras!) y a decodificar las imágenes y espacios que complementan la experiencia estética de cada período, dejando de lado la idea que tenemos de que hay “cosas para mirar” y “cosas para escuchar”; ¿por qué no despertar sensaciones paralelas o complementarias, desde un solo estímulo?
Sobre este tema, que me resulta tan atractivo, daré un curso por Zoom, que comienza el 13 de agosto. Los invito a que nos encontremos ahí para compartir música e imágenes del Barroco, para poder acercarnos con una nueva mirada al discurso musical, para revalorizar así, desde la audición, las manifestaciones plásticas e incluso las arquitectónicas de una época tan rica. Escucharemos al mirar, veremos en la música, y encontraremos cosas que quizás jamás imaginamos. Si quieren saber más, pueden hacer CLICK AQUÍ
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Podés dejar acá tu comentario, o comunicarte conmigo escribiendo a ramiroalbino@hotmail.com