Esta noche repetimos en Mendoza nuestro programa "Ecco la primavera", junto a Griselda López Zalba. El programa, que matiza lo antiguo con lo contemporáneo me mueve a reflexiones sobre mi hacer de "músico antiguo" en el tiempo que felizmente vivo. Me pidieron unas palabras en una e-entrevista (reportaje vía correo electrónico), y escribí lo que posteo a continuación. Ojalá les resulte interesante.
“Ecco la primavera” es un programa distinto
a los que hemos ofrecido, y es el producto del recorrido artístico que
desarrollamos con Griselda desde que comenzamos a trabajar como dúo hace ya
casi dos años.
Quienes portamos con gran alegría la
bandera de la “música antigua” trabajamos codo a codo, y de manera permanente,
con la idea de “originalidad” (el sonido original, el instrumento original, la
técnica original, la condición acústica original…). Y esa búsqueda es
magnífica, pero surge de nuestra experiencia “no original”, es decir, de
personas que viven, sienten y gozan en esta época y no en las pretéritas. De
ahí en más nace la posibilidad de hacer lo inverso: música del tiempo que
vivimos con instrumentos del pasado.
Eso ya ocurre con otros instrumentos y en
otras estéticas. Por ejemplo: nadie
se horroriza porque un rockero cante acompañado por un piano, que es el
instrumento por excelencia de la estética del Romanticismo. Muchas canciones que escuchamos por la radio están acompañadas con
un teclado similar al que usaban Schumann, Brahms o Liszt. Sin embargo, lo
novedoso es que nosotros hagamos música del siglo XX con un arpa copiada de una
miniatura francesa del siglo XIII. Y sí, es extraño, pero también hermosísimo.
En síntesis, en este concierto haremos
música antigua, tan antigua como el arpa, canciones de Guillaume de Machaut o
Francesco Landini (autor de la ballata “Ecco la primavera”, que da nombre al
espectáculo), y las vamos a intercalar, entre otras cosas, con canciones del
siglo XX, mayormente de películas de Hollywood. Estas últimas melodías un poco
edulcoradas, pero llenas de felicidad por su propio contenido y por la catarata
de recuerdos que nos traen.
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