Ayer publiqué en Diario Perfil una columna sobre mi opinión sobre la nueva visita de La fura dels baus a Buenos Aires, y sobre los cambios en el mundo de la ópera. La transcribo a continuación, ojalá la disfruten.
Giovanni Artusi, lo pongo grande, porque hoy no lo conoce nadie |
Bienvenidos los cambios
El paso del tiempo, y las transformaciones tecnológicas y filosóficas
han traído obvios y fundamentales cambios al universo de las artes
performativas.
El teatro, el cine y toda la amplia gama de manifestaciones de
video-arte, o imagen con contenido artístico mutan todo el tiempo. Baste
recordar que una película de 30 años se puede considerar “vieja” en su
estética, ritmo y contenido. En una vereda opuesta, la ópera y sus
acérrimos fanáticos se empeñaron en mantener un statu quo que a veces
termina en una senectud perenne, pero que la mantuvo intacta y sin
cambios durante siglos. Sin embargo, los avances visuales que nos son
cotidianos (basta prender el televisor y hacer unos minutos de zapping)
fueron metiéndose en los teatros líricos, y fue así que sus asistentes
disfrutaron, maravillados, de proyecciones, de disfrutar de detalles
mínimos agigantados en tiempo real, y de ver interactuar a los
personajes reales con la virtualidad.
La Fura dels Baus hace ópera desde hace más de diez años, en Europa.
Mientras que allá comenzaban a meterse en el mundo del teatro cantado,
trajeron a la Argentina sus obras teatrales y sus espectáculos de
“lenguaje furero”, como ellos mismos los denominan. Al principio
atrajeron a un público más alternativo, pero de a poco se fueron
insertando en espacios convencionales, o en sitios alternativos
atrayendo al público conservador. Finalmente, en la temporada 2011,
llegaron al teatro Colón, con todo lo que eso significa.
El lenguaje del grupo suele ser crudo, tanto como la vida misma, pero
al mismo tiempo presentan escenas de belleza sutil, sencilla y
conmovedora... y eso también es parte del mismo vivir. Son alternativos,
quizás, porque se animan a mostrar todo sin tapujos.
Discusiones en la ópera, entre los partidarios de lo “moderno” frente
a lo “conservador”, hubo siempre. A principios del siglo XVII Giovanni
Artusi se ensañó con Monteverdi, intentando denostarlo por su chocante
crudeza, y hoy nadie recuerda ni su nombre. Algunos, pocos, rezongarán
por este título y por sus actores en el Colón, seguramente se queden en
sus casas a mirar un DVD. Bienvenidos los cambios.
Ramiro Albino
Si quieren ver la columna en la página de Perfil, vayan al sgte link:
Si quieren una referencia a Artusi, click abajo (no encontré una mejor en castellano, ojalá entiendan inglés)
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