Buenos Aires recibe la semana próxima a la Bachakademie Stuttgart, que ofrecerá dos conciertos de obras inmensas y favoritas (la Misa en Si y El Mesías) en el Teatro Colón, para el abono de Mozarteum.
Entrevisté al director del conjunto, y escribí una nota para Revista Cantabile. Y como no está en la web de la revista, la posteo aquí para que todos puedan leerla, quizás para prepararse a disfrutar más del concierto. ¡Ojalá les guste!
La eternidad de los genios
La Bachakademie Stuttgart abre el ciclo 2015 de Mozarteum
Hay un chiste, viejo y poco gracioso, que dice que van tres
grandes directores de música del Barroco en un avión: un inglés, un francés y
un argentino. El avión cae al mar y sólo hay un sobreviviente. ¿Quién es?:
Bach.
El chiste, igual de malo pero siempre vigente, funciona con
otros estilos, con diferentes nacionalidades y con otros compositores en la
respuesta final; y tras su aparente nimiedad ofrece una metáfora de lo fugaz de
nuestras vidas frente a lo perenne de los grandes.
A fin del año pasado asistimos en Buenos Aires al ocaso y
desaparición de Festivales Musicales, una de las grandes asociaciones de
conciertos que durante unos treinta años llevó, entre otras tantas, la bandera
de la música antigua y la tradición de ofrecer conciertos con música de Bach.
La Misa en Si menor, en 2014, y El Mesías, en 2013, fueron los últimos grandes
programas que ofreció la asociación que dirigía Mario Videla, un pionero
fundamental del desarrollo de los estilos preclásicos en nuestro país. El ciclo
2015 de Mozarteum Argentino se inicia con estas mismas obras, interpretadas por
el Coro
y Orquesta de la Bachakademie Stuttgart, bajo la dirección de Hans
Christoph Rademann.
En medio de su compleja agenda, Rademann dialogó brevemente
con Cantabile en el descanso de una grabación. Ilusionado con el programa que
grandes monumentos que hará en Buenos Aires, plantea con certeza su admiración
hacia estas obras: “La misa en si menor es, para mí, la mayor maravilla de las
que conozco, como estructura musical y como orden. Por su lado, El Mesías es
justamente el oratorio más popular de la historia y el "Aleluya" es
sólo el punto más alto de un arco musical genial y único, que se desarrolla
desde la primera hasta la última nota”.
Rademann es oriundo de Dresde, y tiene 49 años. Toda su vida
estuvo acompañada por música, y con gran orgullo lleva por el mundo las obras
de sus coterráneos. “Nací en Sajonia, donde también nacieron Bach y Handel.
Para mí, la música es una tradición familiar que vivo desde mi primera
infancia. Y desde chico, en el coro de niños, me desempeñé como cantante, pero
también como director. Hay en mi región una fuerte tradición de música
religiosa. Formo parte de esa tradición, que hoy es interpretada en versiones
históricamente informadas. El sonido se basa en el ideal de los famosos órganos
Silbermann en Sajonia, que en mi opinión tienen el mejor sonido, el que me
relaciona con la música de Bach. Para mí, es realmente importante la relación
palabra-sonido. Siempre estoy buscando el significado de la música, y entonces
trato de encontrar imágenes elocuentes para motivar al ensamble a descifrar su
mensaje críptico y motivar así la interpretación”.
Rademann es un verdadero especialista en música alemana. A
lo largo de su carrera dirigió y grabó gran parte del repertorio coral germano desde el siglo XVII hasta nuestros días. Tras completar su formación académica como director de coro y orquesta, se perfeccionó bajo la tutela de Helmuth Rilling y Philippe Herreweghe. Fue director de excelentes grupos vocales, como el Coro de Cámara RIAS, el Coro de la NDR (Norddeutscher
Rudfunk = Radio del norte de Alemania), y el Coro de Cámara de Dresden,
organismo que fundó en 1985 y aún dirige. Como director invitado, estuvo al
frente de coros de gran prestigio a lo largo de toda Europa. Su trabajo le
valió el reconocimiento de colegas y autoridades de su región y país, por lo
que ganó importantes premios y distinciones.
Desde hace dos años sucedió a Helmuth Rilling como director
de la Internationale Bachakademie
Stuttgart, comprometiéndose desde el principio a encontrar nuevas formas de
presentar y de escuchar la música de Bach.
La figura de Rilling está muy ligada a la música de Bach ofrecida
en Buenos Aires en las últimas décadas, desde la primera visita que nos hizo en
1980, invitado por el Goethe Institut, para ofrecer su lectura de la Pasión
Según San Mateo. Sucedió que en esos días se canceló una ópera en el Colón, y
entonces hubo repeticiones de esa Pasión, cubriendo las fechas del abono
lírico. El éxito fue inmenso, y la figura de Rilling creció en popularidad en el
medio local, manteniendo vivo el interés por la música de Bach que habían
logrado Günther Ramin (el último Kantor de Santo Tomás) y Karl Richter, entre
otros.
Mencionábamos al inicio de esta nota a Festivales Musicales,
asociación que estuvo muy ligada a la figura de Richter y luego a la de
Rilling. Este último opinaba que ya que nuestro público no tiene los oídos del
Barroco, era bueno hacer música antigua con instrumentos de hoy (la línea que
siguió Mario Videla en Festivales y en la Academia Bach).
Pero tampoco tenemos los oídos de los ’80, y las “versiones
históricamente informadas” influyen notablemente a quienes hoy se dedican a la
música antigua (aún usando instrumentos que no sean “originales”). Se vuelve
entonces necesario volver a revisar ediciones de partituras, modos de tocar y
de cantar, formas de distribuír a los instrumentos y cantantes en el espacio
del escenario, etc. A todo eso se refirió Rademann en su diálogo: “Nuestra
versión de la Misa en si menor se basa en la edición más avanzada, e incluso en
la mejor revisión actualmente disponible. La partitura de la Misa en si menor ha
sido intervenida con posterioridad a la muerte de Bach por muchas personas,
entre ellas su hijo Carl Philipp Emanuel Bach. Antiguamente se pensaba que era
necesario hacerlo para mejorar ciertos momentos de la obra. La manera actual de
trabajar nos acerca más a la original. Ví los manuscritos en la Biblioteca
Nacional de Berlín, y puedo entonces confirmar que hubo numerosos cambios en
las notas. Ahora podemos volver a utilizar la versión realmente original de
Johann Sebastian Bach, o una muy similar, y eso me llena de alegría. Alrededor
de ambas obras hay mucha literatura científica, con detalles sumamente
interesantes, pero para comprenderlas e interpretarlas hay que estudiar la
partitura. Lo hice, y trato de no mirar los modelos, para que mis ideas no dependan
de otras interpretaciones. Mi versión tiene que ser propia, y la oriento hacia
las imágenes que saco de la música.
Seleccioné muy cuidadosamente a los solistas para esta gira.
Son cantantes excepcionales y deben reunir los diferentes requisitos que
demandan Bach y Handel, y esto no pueden hacerlo todos los solistas de la misma
manera, por lo que trabajé para encontrar un equilibrio ideal que permita
cumplir con mis expectativas creativas, y se corresponda con el sonido vocal
correspondiente a las obras barrocas”
¿Cómo hace un director para lograr que un coro y orquesta
que han tocado y cantado innumerables veces este repertorio haga una nueva
versión? ¿Cómo encararía al conjunto si tuviera que volver a un primer ensayo?
“Le diría al coro que estamos trabajando con dos de los oratorios más
importantes de la historia de la música. Y como ambas obras son muy conocidas,
lo fundamental para mí es que debemos evitar la rutina. Entonces deberían leer
la partitura como si nunca la hubiesen cantado. Luego de escucharlos, me
preguntaría si lo que suena es realmente expresión de una necesidad o el
resultado de una costumbre. Desde ahí crearía, entonces, una nueva perspectiva”.
Coincidentemente con el arraigo de la necesidad de las
versiones historicistas en nuestra escena musical, los grandes pilares y
promotores de estos estilos ceden la llama a nuevas generaciones, con sus
propias ideas que se ven plasmadas en nuevas lecturas del repertorio. Y
mientras lamentamos la desaparición de Festivales y celebramos que la Academia
Bach de Buenos Aires resurja con nuevo nombre e ideas, Bach y Handel siguen
siempre vivos, esta vez bajo el ala de Mozarteum Argentino.
Ramiro Albino
Por si quieren ir, aqui todos los datos de los conciertos:
Dos conciertos del Coro y Orquesta de la Bachakademie Stuttgart
Hans Christoph Rademann, director
Teatro Colón
Ciclo de Abono de Mozarteum Argentino
Programa 1: Johann Sebastian Bach, Misa en Si menor, BWV 232
Lunes 13 de abril a las 20, Teatro Colón
Programa 2: Georg Friedrich Handel, El Mesías, HWV 56
Martes 14 de abril a las 20, Teatro Colón
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