Hace relativamente poco que me enteré el significado del acrónimo "DIY" (do it yourself = hazlo tú mismo), muy usado en sitios relacionados con el trabajo manual o las soluciones caseras. La semana pasada encontré que también hay ramas de arte que se basan en el DIY, y que derivan en artesanía o apropiación de obras ajenas. La abreviatura también es usada por diseñadores o estudios a los que sigo en Twitter, y evidentemente está de moda, porque últimamente la veo por todos lados.
Me interesa mucho el tema de la artesanía, lo hecho a mano, la pieza única, y lo relaciono especialmente a la música que hago (pueden leer un post viejo sobre ese tema en este mismo blog haciendo click aquì). Sin embargo en estos días en los que la idea del DIY aparece con tanta frecuencia, mientras preparo el concierto que tocaré el domingo próximo en Mendoza, me doy cuenta que mi manera de encarar algunos proyectos musicales (especialmente aquellos que comparto con Griselda López Zalba), y sus ensayos y modo de difusión es totalmente artesanal. Quizás sea eso lo que más me gusta del proceso.
Elegir obras, pensar un orden y armar con ellas un programa coherente y orgánico, ensayarlas, manipular el sonido con que haremos cada pieza e indagar en nuestras posibilidades y limitaciones técnicas para llevar el mundo tímbrico a sus extremos, es el trabajo artesanal intangible. Pero también hay otro gran trabajo artesanal tangible y disfrutable, que puede pasar desapercibido para la mayor parte del público que no sabe que buena parte de mis conciertos están plagados de gestos únicos: armar y forrar carpetas que se asocien cromáticamente al repertorio; diseñar, cortar, armar, plegar e incluso encuadernar los programas (vean las fotos a continuación), escribir a mano alguna frase o dedicatoria en cada invitación o gacetilla de prensa, luego ensobrar y visitar personalmente cada uno de los medios a los que quiero que llegue la gacetilla. Una inmensa, magnífica y divertida sucesión de pequeñas tareas que me ayudan a que todo funcione como quiero que sea.
Si tuviera asistentes o dinero para comprar todo hecho, posiblemente estaría fuera de gran parte de este proceso. Quizás haría más conciertos, o tendría más tiempo libre para hacer otras cosas. Por ahora me alegro de tener este modus operandi que me da satisfacciones permanentes, y que me enseña y ayuda a disfrutar cada vez más de lo que hago.
A continuación posteo una selección de fotos del proceso de varias repeticiones del concierto "aguaS aladas", que repetimos el próximo domingo junto a Griselda López Zalba, a las 20 en el Espacio Cultural Julio Le Parc, en Mendoza.
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