miércoles, 31 de diciembre de 2008


Ni el pormenor simbólico
de reemplazar un tres por un dos
ni esa metáfora baldía
que convoca un lapso que muere y otro que surge
ni el cumplimiento de un proceso astronómico
aturden y socavan
la altiplanicie de esta noche
y nos obligan a esperar
las doce irreparables campanadas.
La causa verdadera
es la sospecha general y borrosa
del enigma del Tiempo
;
es el asombro ante el milagro
de que a despecho de infinitos azares
de que a despecho de que somos
las gotas del río de Heráclito
,
perdure algo en nosotros:
inmóvil.
Jorge Luis Borges

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Podés dejar acá tu comentario, o comunicarte conmigo escribiendo a ramiroalbino@hotmail.com

contador de visitas