La semana que viene nos visitará nuevamene Jordi Savall. Lo entrevisté y publiqué mi entrevista el domingo pasado en diario Perfil. Ya que salió bastante cortada, y aprovechando este espacio, la posteo completa a continuación:
Música, utopías y paraísos
Septiembre traerá nuevamente a Jordi Savall a Buenos Aires. Será la vuelta de una de las visitas internacionales más esperadas de la temporada, como parte del ciclo de Mozarteum Argentino. Esta vez nos visita con dos programas temáticos: “La Ruta del Nuevo Mundo” (la mezcla de culturas que se dio en el repertorio del Barroco americano) y “Los Paraísos Perdidos” (músicas árabes, cristianas y judías de la España previa al descubrimiento), conciertos que tendrán lugar el 22 y 23 de septiembre próximos.
Es llamativa la cantidad de conciertos, de giras y de programas que interpreta Savall año a año, además de su vasta producción de discos. Risueño y orgulloso, en una charla con Perfil, se refiere a esto diciéndonos que “En este tiempo estoy viajando muchísimo, y esto es una anti-rutina. En mis próximos conciertos hago primero un programa de música de Oriente y Occidente, con un músico griego, un marroquí y un español (yo tocaré instrumentos medievales). Al día siguiente tengo un recital de músicas inglesas, y el día después tocaré con Montserrat Figueras y Andrew Lawrence King, un programa barroco de músicas españolas y francesas. Y siguiendo, en breve, voy a Londres. Tengo un recital de música francesa y española con Rolf Lislevand, después voy a Oslo, después a Praga, pero siempre son proyectos diferentes. Yo no acostumbro a poner un programa y repetirlo, esto no va conmigo, no lo acepto nunca. En el Festival que hicimos en la abadía de Fontfroide (a principios del mes de agosto), hicimos en cinco días, seis programas completamente diferentes que fueron de músicas del norte y del sur, orientales y occidentales, hasta un programa dedicado a las músicas de Jerusalen, músicas de París y Estambul, las músicas nocturnas de Madrid con Boccherini, etc. Esto cambia cuando estamos en gira, como en el caso de mi próxima visita a Argentina, es una gira, y entonces estaremos trabajando con dos o tres programas diferentes. Vamos también a San Pablo y allí haremos el programa de Colón, y un programa de músicas del tiempo y del instante, y luego también los villancicos latinoamericanos”.
Su planteo de cambios permanentes no se debe a gustos personales, sino a una necesidad de motivación que, a su parecer, está en la novedad permanente. “Siempre hay una variedad, y esto para nosotros es fundamental. El poder ir cambiando de repertorio, hace que te resulte más estimulante, ya que no tienes la seguridad de pensar que como lo hiciste ayer no hace falta ensayar.Entonces tienes que volver a estar dentro de la música y esto también es una motivación para estar más inspirados”.
Savall, que ha formado directa o indirectamente con su estilo a muchos de quienes hoy se dedican profesionalmente a la música antigua en Europa y las Américas, no pierde contacto con las nuevas generaciones de intérpretes. Considera que hay gente joven que hace la música antigua con menos motivación o profundidad que hace treinta o cuarenta años. “Es un problema de las generaciones. Los que hemos nacido en momentos de guerra civil o post-guerra civil, en momentos mucho más duros, hemos tenido que aprender a luchar y a vivir en condiciones difíciles. Cuando vives en abundancia, pues no estás más motivado para luchar. Yo creo que sí, que hay un cierto peligro de la facilidad, y de la aceleración”. (se refiere a lo relativamente fácil que es hoy para cualquier estudiante conseguir partituras, grabaciones, o datos históricos sobre repertorios que antes eran casi desconocidos). Vivimos en un mundo demasiado acelerado. Todo tiene que pasarse de prisa y rápido. Yo cuando empecé a estudiar la viola da gamba, fue en el año 65, y mi primer disco solista importante fue en el 76. Más de diez años trabajando para producir un disco. Hoy en día cualquier estudiante que termina su carrera, si no saca un disco al año siguiente, será considerado fracasado. No dejamos tiempo a madurar las cosas. Estamos acostumbrados a tenerlo todo rápidamente (hace treinta años no era tan fácil hacer un disco). El peligro es que no experimentas el tiempo de evolución que necesita una cosa para llegar a su madurez. Por eso hay tantísimos discos que son inútiles. Porque los escuchas y luego no los escuchas nunca más.
Un disco es algo sagrado, es un documento que tiene que ser un documento excepcional para que se justifique guardarlo. El músico debe preparar con profundidad su proyecto y lograr captar en la grabación esos momentos mágicos que son también únicos, que no se reproducen mecánicamente, pero se alcanzan cuando hay algo especial".
¡Y quién tendría autoridad para alzarse contra Savall y discutirle sobre grabaciones, formación o repertorios!.
Septiembre traerá nuevamente a Jordi Savall a Buenos Aires. Será la vuelta de una de las visitas internacionales más esperadas de la temporada, como parte del ciclo de Mozarteum Argentino. Esta vez nos visita con dos programas temáticos: “La Ruta del Nuevo Mundo” (la mezcla de culturas que se dio en el repertorio del Barroco americano) y “Los Paraísos Perdidos” (músicas árabes, cristianas y judías de la España previa al descubrimiento), conciertos que tendrán lugar el 22 y 23 de septiembre próximos.
Es llamativa la cantidad de conciertos, de giras y de programas que interpreta Savall año a año, además de su vasta producción de discos. Risueño y orgulloso, en una charla con Perfil, se refiere a esto diciéndonos que “En este tiempo estoy viajando muchísimo, y esto es una anti-rutina. En mis próximos conciertos hago primero un programa de música de Oriente y Occidente, con un músico griego, un marroquí y un español (yo tocaré instrumentos medievales). Al día siguiente tengo un recital de músicas inglesas, y el día después tocaré con Montserrat Figueras y Andrew Lawrence King, un programa barroco de músicas españolas y francesas. Y siguiendo, en breve, voy a Londres. Tengo un recital de música francesa y española con Rolf Lislevand, después voy a Oslo, después a Praga, pero siempre son proyectos diferentes. Yo no acostumbro a poner un programa y repetirlo, esto no va conmigo, no lo acepto nunca. En el Festival que hicimos en la abadía de Fontfroide (a principios del mes de agosto), hicimos en cinco días, seis programas completamente diferentes que fueron de músicas del norte y del sur, orientales y occidentales, hasta un programa dedicado a las músicas de Jerusalen, músicas de París y Estambul, las músicas nocturnas de Madrid con Boccherini, etc. Esto cambia cuando estamos en gira, como en el caso de mi próxima visita a Argentina, es una gira, y entonces estaremos trabajando con dos o tres programas diferentes. Vamos también a San Pablo y allí haremos el programa de Colón, y un programa de músicas del tiempo y del instante, y luego también los villancicos latinoamericanos”.
Su planteo de cambios permanentes no se debe a gustos personales, sino a una necesidad de motivación que, a su parecer, está en la novedad permanente. “Siempre hay una variedad, y esto para nosotros es fundamental. El poder ir cambiando de repertorio, hace que te resulte más estimulante, ya que no tienes la seguridad de pensar que como lo hiciste ayer no hace falta ensayar.Entonces tienes que volver a estar dentro de la música y esto también es una motivación para estar más inspirados”.
Savall, que ha formado directa o indirectamente con su estilo a muchos de quienes hoy se dedican profesionalmente a la música antigua en Europa y las Américas, no pierde contacto con las nuevas generaciones de intérpretes. Considera que hay gente joven que hace la música antigua con menos motivación o profundidad que hace treinta o cuarenta años. “Es un problema de las generaciones. Los que hemos nacido en momentos de guerra civil o post-guerra civil, en momentos mucho más duros, hemos tenido que aprender a luchar y a vivir en condiciones difíciles. Cuando vives en abundancia, pues no estás más motivado para luchar. Yo creo que sí, que hay un cierto peligro de la facilidad, y de la aceleración”. (se refiere a lo relativamente fácil que es hoy para cualquier estudiante conseguir partituras, grabaciones, o datos históricos sobre repertorios que antes eran casi desconocidos). Vivimos en un mundo demasiado acelerado. Todo tiene que pasarse de prisa y rápido. Yo cuando empecé a estudiar la viola da gamba, fue en el año 65, y mi primer disco solista importante fue en el 76. Más de diez años trabajando para producir un disco. Hoy en día cualquier estudiante que termina su carrera, si no saca un disco al año siguiente, será considerado fracasado. No dejamos tiempo a madurar las cosas. Estamos acostumbrados a tenerlo todo rápidamente (hace treinta años no era tan fácil hacer un disco). El peligro es que no experimentas el tiempo de evolución que necesita una cosa para llegar a su madurez. Por eso hay tantísimos discos que son inútiles. Porque los escuchas y luego no los escuchas nunca más.
Un disco es algo sagrado, es un documento que tiene que ser un documento excepcional para que se justifique guardarlo. El músico debe preparar con profundidad su proyecto y lograr captar en la grabación esos momentos mágicos que son también únicos, que no se reproducen mecánicamente, pero se alcanzan cuando hay algo especial".
¡Y quién tendría autoridad para alzarse contra Savall y discutirle sobre grabaciones, formación o repertorios!.
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Un gran difusor de repertorios.
Jordi Savall (Catalán, 1941), tras dedicarse al violoncello y al canto, y luego de su graduación en el Conservatorio Superior de Música de Barcelona, se trasladó a Basilea a formarse como intérprete de la viola da gamba. Recuerda a sus amigos de la época de estudiante y nos dice que “algunos de mis compañeros de Barcelona, ya están jubilados. Tocaron música de cámara, o se desempeñaron en orquestas sinfónicas, otros ya están muertos. Y de los compañeros que tuve en Basilea, pues ahí hay grandes figuras como Ton Koopman, que es uno de los grandes clavecinistas, o Hopkinson Smith, uno de los mejores laudistas, y tantos otros como Andrew Lawrence-king que continúa tocando con nosotros, etc. Y naturalmente Montserrat Figueras que estuvo conmigo en los estudios que hicimos en Basilea y continuamos trabajando juntos. Nos conocimos en Barcelona. Nos casamos en 1967 y en 1968 fuimos a Basilea a estudiar”.
En 1970 comienza a grabar y a difundir especialmente el repertorio violístico, obteniendo rápida aprobación del público y la crítica. En 1974 funda “Hesperion XXI”, en 1987 “La Capella Reial de Catalunya” y en 1989 “Le Concert des Nations”.
Su carrera se ha desarrollado en los principales escenarios del mundo, pero además nos lega un enorme caudal de discos. ¿Cuántos? Orgulloso nos contesta: “Si no cuento mis pecados de juventud debo tener unos 60 con Alia Vox, y un centenar con Astree Auvidis…., unos ciento sesenta” (¡!!) “Algunos son favoritos, como las vísperas de Monteverdi, que son discos con magia, o el Requiem de Morales, o discos como la Diáspora Sefardí con Montserrat Figueras, tanto por el recuerdo del momento de la grabación, como por el del disco en sí”.
Es interesante lo que dice Savall sobre los discos y el tiempo de maduración.
ResponderEliminarCuánto tiempo necesita una obra para ser realmente entendida ?
con años de estudio se pueden hacer "versiones Encore" de buena parte del repertorio, pero eso es la idea musical ?
me deja pensando ...
hola Julián
ResponderEliminarGracias por el comentario. El tema es amplio..., Savall dice que la música necesita tiempo para madurar y al mismo tiempo graba varios discos por año (tiene tiempo de "madurar" realmente el repertorio?, ojo que aún así hay muchos discos de Savall que me encantan). El tema es larguísimo, algún día la seguiremos