martes, 18 de marzo de 2008

Les recomiendo este concierto

en mi columna del Buenos Aires Herald, que debería haber salido publicada hoy anuncio un concierto para el sábado en el Museo Fernández Blanco. No tiene que ver con la música antigua ni con mis especializaciones, pero me pareció más que interesante. Les posteo la gacetilla, y un texto que recibí por mail con todas las explicaciones de la obra.

Museo de Arte Hispanoamericano “Isaac Fernández Blanco”
Suipacha 1422.
Semana Santa 2008, Sábado 22 de marzo, 19 hs.
Alfredo Corral
Recital de piano
Joseph Haydn
Las últimas siete palabras de Cristo en la cruz
Hob. XX: 1c.(Edición Wien, Artaria, 1787)
Juan María Solare
PHEDSCI
Sobre los males de nuestro tiempo.
Aludiendo a las Siete Palabras del Crucificado
La monumental obra de Haydn, en la versión para piano de 1787, con el estreno de siete preludios introductorios a cada sonata, compuestos por el compositor argentino radicado en Alemania Juan María Solare.

Escribe Juan María Solare, sobre PHEDSCI, su obra
PHEDSCI,
siete iniciales a las Siete Palabras de Haydn
sobre los males de nuestro tiempo
aludiendo a las Siete Palabras del Crucificado
Introducción a la obra
1) Padre, perdónalos, no saben lo que hacen / 1 Desprecio del conocimiento
2) Hoy estarás conmigo en el Paraíso / 2 Muerte de las utopías
3) Mujer, este es tu hijo / 3 Cisma familiar y ceguera interpersonal
4) Eli, Eli, lama sabactani? / 4 Violencia, terrorismo y guerra preventiva
5) Tengo sed / 5 Corrupción de los sistemas jurídicos
6) Consummatum est / 6 Carencia de objetivos
7) En tus manos encomiendo mi espíritu / 7 Ilusión de seguridad
Las siete palabras en latín, según encabezan la partitura de Haydn, son:
Pater, dimitte illis, quia nesciunt, quid faciunt (Lucas, 23:34)
Hodie mecum eris in paradiso (Lucas, 23:43)
Ecce Mulier filius tuus (Juan 19:26-27) (en la Biblia latina: "Mulier, ecce filius tuus")
Deus meus, Deus meus, utquid dereliquisti me? (Marcos 15:34 & Mateo 27:46, Salmo 22:1)
Sitio (Juan, 19:28)
Consummatum est (Juan, 19:30)
In manus tuas, Domine, commendo spiritum meum (Lucas, 23:46)
Historia de esta composición
A comienzos de febrero 2008 me llama Alfredo Corral a Worpswede y me propone escribir un breve preludio para piano a cada una de los siete adagios de Las Siete Palabras de Nuestro Redentor en la Cruz, de Haydn . La idea me pareció atractiva e inspiradora de entrada; la prueba es que de inmediato se armó el plan general de la obra en la cabeza, durante la conversación. Un atractivo adicional (en realidad, una conditio sine qua non) es que ya había fecha concreta de estreno, a fines de marzo de este mismo año, en Buenos Aires.
Cada uno de mis siete preludios, entonces, tendría una relación con cada una de las siete palabras (=frases) del Crucificado, pero desde una perspectiva actual, tanto en lo referente al lenguaje musical como al semántico, reflejado en los títulos. Sobre esto me explayaré luego con más detalle.
Al igual que Haydn, he tomado la estructura rítmica del comienzo (en latín) de cada Palabra como base motívica de cada preludio. Hay entonces una relación musical real con la obra de Haydn. De esta manera, mi obra se transforma en una suerte de pre-eco o de variación anticipada, escrita en otro lenguaje musical, de la obra de Haydn. Si las piezas de Haydn son palabras, las mías serían iniciales.
El título de la obra surge de un sueño que tuve pocas horas después de conversar con Alfredo. En un antiquísimo convento o catedral (acaso el Dom de Colonia), las iniciales de diversas frases -escritas en estandartes de colores apagados- formaban una contraseña, una palabra mágica. En este caso, claramente, son las letras iniciales de las siete frases latinas atribuidas al Crucificado. La palabra resultante (PHEDSCI) no corresponde a nada que yo conozca, lo cual ciertamente refuerza su valor mágico.
En cuanto a mis títulos: tienen una relación con la palabra del Crucificado, pero señalando o subrayando diferentes problemas del mundo contemporáneo. Y, posiblemente, no sólo del contemporáneo.
1) "Padre, perdónalos, no saben lo que hacen" se transforma en "Desprecio del conocimiento". Veo la negligencia, la distracción, la falta de disciplina y concentración como una causa de los males del ser humano actual, que se deja seducir por la pavada y actúa por inercia, sin saber lo que hace ni disfrutarlo, sin darse cuenta y sin que le importe gran cosa. A veces incluso de manera militante: no poca gente se burla de quien estudia ("eso no te da ningún dinero"). Una actitud indolente puede parecer inofensiva (no es activamente perniciosa para terceros), aunque de hecho socava las estructuras de la personalidad y la confianza en uno mismo. Lamento sonar algo moralista - me limito a exponer cosas en las que creo, sin aspirar a imponerlas a nadie.
2) "Hoy estarás conmigo en el Paraíso" corresponde aquí -por oposición- a "Muerte de las utopías", viendo al Paraíso como una utopía a la que se tiende, como un ideal que orienta la vida de mucha gente. El Paraíso, como una utopía, es un estado invisible, se encuentra más allá del horizonte. Importante es destacar que no concibo una utopía como algo irrealizable, sino como aquello que nos impulsa hacia adelante; en sentido similar a una planta que tiende hacia el sol pero sin que su meta sea alcanzarlo.
3) "Mujer, aquí tienes a tu hijo"; el mal derivado de esta palabra es la ceguera en las relaciones interpersonales, que puede conducir -entre otras cosas- al cisma familiar. Muchas de las peleas internas en las cortes del pasado se originaron en malentendidos personales, en faltas de claridad en las relaciones humanas. Y sólo por exceso de sutileza me remito a las cortes del pasado.
4) "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?" se transforma, en mi obra, en "Violencia, terrorismo y guerra preventiva", porque es acaso la situación en la que más claramente se muestra la falta de Dios. No tanto porque Dios nos haya abandonado, como que nosotros nos hemos olvidado de Él. No parece necesario abundar en argumentos en contra de la violencia armada; o tal vez sí, porque de hecho no cesa: recurrentemente comienza la "guerra que terminará con todas las guerras". En cuanto al terrorismo, no hay que ser demasiado rápido en señalar únicamente a ciertos grupos extremistas, porque casi toda nación tiene en su mitología militar oficial un suicida altruísta que es exaltado como héroe. "Guerra preventiva" quiere señalar cierta hipocresía recurrente ante la carencia de justificativos reales para iniciar un ataque. Cierto general de la Antigüedad dijo: "Yo me limito a hacer la guerra, los historiadores ya se encargarán de demostrar que fue justa". Y la violencia -armada o no- no se limita a la bélica: comienza en la calle y en las mismas familias.
5) "Tengo sed", si lo leemos como "sed de justicia", tiene su correspondencia en la corrupción de los sistemas jurídicos en cualquier lugar del mundo. Y no me refiero sólo a grandes negocios en los tribunales. En cualquier conflicto donde haya abogados, éstos están más interesados en hacer ganar a su cliente que en hacer justicia o hallar una verdad en la que no suelen creer. Ya a este juego de intereses llamo corrupción, aunque la práctica sea absolutamente legal. Podrá ser legal, pero la ética es otra cosa.
6) "Todo se ha consumado" o "se ha cumplido", se refiere a la realización de un plan hasta el final, hasta sus últimas consecuencias. "Carencia de objetivos" señala así, por contraposición, la ausencia de una direccionalidad en una vida en la cual no hay un plan propio que cumplir, ni hay gusto por las actividades que se desarrollan: se actúa por inercia, por resignación, y en definitiva siguendo los objetivos de otros seres.
7) "En tus manos encomiendo mi espíritu"; su contraparte es "Ilusión de seguridad". Me refiero a la tendencia a contratar a toda clase de seguros, defender la casa con todo tipo de rejas y candados, realizar ingeniosas inversiones para garantizar el bienestar en la vejez, tener el último antivirus - y creer honestamente que todo este esfuerzo nos evita el desastre.
PHEDSCI está dedicada a su impulsor, Alfredo Corral.
JMS; Worpswede & Colonia, febrero de 2008

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